Es injusto llegar a pagar hasta tres veces más por un produto considerado básico para la alimentación. En líneas generales, esta es la máxima reivindicación del colectivo de celíacos. "Nuestro alimento es nuestra medicina", recuerda Ángela Artigues, antigua vocal y ahora presidenta de la Asociación de Celíacos de Balears (Acib). El colectivo de personas intolerantes al gluten o con necesidades nutricionales especiales ha puesto el grito en el cielo tras la última reforma fiscal aprobada por el Gobierno, en la que el tipo reducido pasa a ser del 10 %. Y la "discriminación alimentaria" que dicen sufrir se encuentra en los productos de primera necesidad que, en el caso de contener gluten, seguirán gravando al 4 %, en tanto que los que ellos necesitan para alimentarse €"no por capricho sino por necesidad"€ aumentan de porcentaje debido a su consideración como productos especiales por la Unión Europea, explica Artigues.

El gluten se encuentra en alimentos que están en la base piramidal de la cadena alimentaria como el pan, los cereales, la pasta, las galletas, la harina... Pero la celiaquía, para el Ministerio de Sanidad, es un problema "social", cuenta Artigues. "En 2007 escribí al Defensor del Pueblo, y se llegó a la conclusión de que "existe una identidad" entre la finalidad que se persigue con la aplicación de un tipo superreducido al pan común y el que debiera aplicarse al pan para celíacos. Sin embargo, y pese a la recomendación de la Oficina de rebajar el IVA de los productos para celíacos, este impuesto sigue gravando al 8 por ciento".

¿Cómo es el día a día en una familia con miembros intolerantes? ¿Tienen muchos problemas a la hora de comer/cenar fuera de casa? Ante la bajada de poder adquisitivo y el aumento del IVA, ¿Cómo se las arreglan?

A la espera de pruebas

Dolores García tiene dos hijos, Iker y Manuel, de diecinueve meses y medio. Hace menos de un mes que, tras una analítica a uno de ellos, descubrió que ambos eran celíacos. Manuel dio positivo con unos niveles bastante elevados €a partir de 18 ya se considera intolerante y el niño sacó 300€ y en la actualidad se encuentra a la espera de la prueba definitiva que ratifique la analítica. "El pediatra no creía que fuera intolerante al gluten. Bebía mucha agua por la noche. Yo le pedí la prueba porque tengo dos sobrinas con alergias alimentarias y así salía de dudas", confiesa. Sin embargo, hasta septiembre no tiene cita con el gastroenterólogo. "No voy a tener al niño dos meses tomando gluten mientras espero la biopsia; sólo con hacer dieta el primer día ya no volvió a despertarse más por las noches", cuenta.

La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, que se presenta en una media de 1 de cada 100 personas. El principal obstáculo con el que se encuentran los médicos a la hora de diagnosticar esta enfermedad son los múltiples síntomas y a menudo su moderación o falta, lo que dificulta el diagnóstico. Dicha proteína, que se halla en el trigo, la cebada, el centeno o la avena, es común que se manifieste en los alimentos manufacturados, ya que el 80% contiene gluten. El celíaco deberá de por vida eliminar la proteína de su dieta, pues la ingestión de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, puede causar "trastornos importantes con efectos indeseables", recuerdan desde Acib. Más información en www.celiacosbaleares.org.

Existen multitud de alimentos que pueden contener gluten, desde los embutidos y productos de charcutería pasando por las golosinas, quesos, salsas , condimentos o bebidas. "Mi mayor temor ahora es cómo hacerle ver a un niño pequeño que la galleta que se está comiendo su amigo no la puede comer él", confiesa Dolores García.

La cesta de la compra

A pesar de que la conciencia sobre la enfermedad está muy extendida con respecto a la década anterior, desde la asociación balear recuerdan "que todavía queda mucho camino por recorrer". En especial en lo que se refiere a la lista de la compra. Aunque es cierto que la llegada de alimentos sin gluten a las grandes superficies €sumado a la proliferación de marcas blancas€ ha supuesto un pequeño ahorro para el colectivo celíaco, la Federación de Asociaciones de Celíacos en España (Face) avisa que todavía siguen siendo "abismales" las diferencias de precios entre unos y otros. El último informe de precios sobre estos artículos en 2012 no deja lugar a dudas: "Una familia con un sólo celíaco entre sus miembros, tomando como base una dieta de 2.000 a 3.000 calorías, puede incrementar su gasto de la cesta de la compra en casi 31,77 euros a la semana, lo que significa un incremento de unos 127,10 euros al mes, y de 1.525, 18 euros al año, sobre otra unidad que no cuenta con ningún celíaco".

Depende de cada familia y de la edad del celíaco, explica Artigues. En su caso, al ser adulta, detalla que no gasta tanto al año, pero en una familia con dos niños pequeños es más común hablar de estas cifras. La lista de alimentos elaborada por la Face €que reúne 33 artículos que compondrían un modelo común de cesta de la compra€ compara el precio de dichos productos, base de la pirámide alimenticia, y algunos otros "caprichos" ya que "como cualquier familia no celíaca, el colectivo conforma su alimentación en base a sus gustos y necesidades". El estudio, hecho a través de una comparativa de precios que tienen en cuenta las marcas blancas y la relación calidad-precio, concluye diciendo que "una persona celíaca tiene que gastar un 259,73% más que una que no deba seguirla". Y sin tener en cuenta las legumbres, huevos, leche, verduras, hortalizas, frutas, carnes y pescados frescos, "ya que no existen diferencias respecto a la ingesta de este tipo de alimentos.

Sin ayudas

La Face insiste en que además del esfuerzo que supone soportar estos gastos extraordinarios, en España no existe "ningún tipo de bonificación ni subvención estatal, solución que sí se contempla en la mayor parte de los países de la Unión Europea, entre ellos Italia, Francia, Reino Unido... ", especifican. Artigues añade que hay ciertas ayudas que aunque no generalizadas, alivian a ciertos colectivos, como las que otorga la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface) a los funcionarios con celiaquía o algun miembro de su familia. También asegura que hay algunas comunidades autónomas que disponen de algún beneficio similar, pero "no aquí en Balears".

¿Y cuando se trata de comer fuera de casa? Una encuesta realizada por Eroski Consumer en 185 restaurantes de Balears revelaba el pasado mes de junio que el 7 % de los establecimientos ofrece menús alternativos para alérgicos e intolerantes a algún alimento. Artigues señala que de cada vez son más los establecimientos que cuentan con un menú específico y aunque ser celíaco "no debe suponer ningún obstáculo para el desarrollo de una vida normal", aconseja ir a lo seguro. "Yo siempre pido carne o pescado a la plancha, ensalada y fruta de postre; y siempre avisando a cocina para que no haya ningún tipo de contaminación cruzada", insiste.

Entre tanto, los años que lleva la comunidad luchando por cambiar la situación van sumando. Son muchas y muy distintas las asociaciones que han solicitado "si no una exención, sí al menos, una equiparación de tipos de IVA", cuenta el bloguero Aitor Calero García. La última iniciativa fue en febrero de este año, cuando se presentó una Iniciativa Legistativa Popular desde la plataforma Por una Ley Celíaca Española €que cuenta con 500.000 firmas en facebook€. Dicha ILP quedó excluida a los dos días hábiles por, entre otras cosas, el punto referido a la tributación sobre el IVA.

"Lo nuestro no es capricho", insiste Artigues. "Y no es lógico que el Estado se intente beneficiar con nuestra situación". El 1% de la población es celíaca, pero existe un 10% sin diagnosticar en España, con lo que mañana mismo puedes ser tú", recuerda Calero.