El Delfín de las pasarelas y su musa de la moda, Diego David Domínguez y Bimba Bosé, recalaron ayer en aguas mallorquinas para participar en el recinto social de la Copa del Rey Audi-Mapfre, con motivo de los conciertos que se enmarcan en los siete días de competición de vela que están teniendo lugar en aguas de la bahía palmesana, y que clausurarán hoy. Reconocidos por sus habilidades en el diseño, en cuestiones de desfile e incluso como cantante (ella) y él como director artístico, este polifacético dúo demostró ayer por la noche en el Parque de Sa Feixina de Palma que sus habilidades no se terminan aquí. Lejos de la tradicional estampa de skaters que destierran a la tercera edad de sus tranquilas tardes de verano, ayer los protagonistas del Village fueron ellos, que vinieron a pinchar hasta la medianoche tras el vertiginoso encuentro de su amigo Mario Vaquerizo con el público isleño el pasado jueves.

Con un sello de autor tan personal como reconocible, la modelo Bimba Bosé, debutando como disc jockey por primera vez en Palma, y David Delfín, huyeron –como es de costumbre– de los convencionalismos estilísticos y buscaron la practicidad en sus prendas.

Así las cosas, Bosé, calzada con tacones negros, se enfundó unos vaqueros de pitillo y un polo también oscuro, sin más notas de color que las franjas horizontales de éste. Delfín la acompaño en la gama de los negros, calzando deportivas y camiseta negra básica.

"Pinchamos grandes hits, de los de ahora y de siempre"

Preguntados por la clase de música con la que deleitarían al público mallorquín, reconocieron que su estilo era más de la BBC ("Bodas, bautizos y comuniones"), aunque siempre tomando como base los grandes clásicos, "de ahora y de siempre", afirmaba Delfín.

Con un ambiente relajado, sin grandes aglomeraciones como la noche pasada con el debut de Vaquerizo, la velada transcurrió entre melodías de Bizarre Love Triangle-94 de New Order y I´m addicted de Madonna, mientras los artistas bailaban y bebían acompañados de un corro de seguidores que no paraba de hacerles fotos y vídeos.

¿Capaz o incapaz?, se preguntaban sus amigos "Capaz". Sin pensárselo dos veces, Lourdes Nadal acudió hasta la mesa de mezclas para abrazar y besar a ámbos: "Son realmente encantadores", reconocía entusiasmada.

Entre tanto, Bimba Bosé presumía de atrevimiento. "Me encanta mi lado salvaje". No tembló al afirmar que le encantaría vivir la experiencia de formar parte de un equipo de regatistas. "Aunque David mejor que diseñe un bote", sonríe, encantada con la idea.