"Marcial, noble y cabal. Almirante entrañable: rico en muchas virtudes, con gran pasión por los mares. Inspirabas confianza". El militar y capellán castrense Manuel Redondo glosó ayer, en una sentida elegía, la figura de Sánchez-Barcáiztegui, contralmirante honorario que falleció la madrugada del lunes en Palma a los 92 años de edad. Una muerte que ha calado hondo en el mundo de la náutica en las islas y entre los miembros del Ejército que ayer despidieron a su compañero y amigo durante una misa por su alma que tuvo lugar en la palmesana iglesia de Sant Jaume.

La ceremonia comenzó, puntual, a las ocho de la tarde. En el interior ya ocupaban las primeras filas, además de los familiares de Marcial Sánchez-Barcáiztegui -con sus hijas María Pía y Patricia a la cabeza- el ministro de Defensa, Pedro Morenés, que intercambió breves palabras con el president del Govern, José Ramón Bauzá. Cerca de ellos, la presidenta del Consell, Maria Salom, el delegado del Gobierno, José María Rodríguez y el alcalde de Palma, Mateo Isern, que llegó minutos después de que se iniciase la misa.

Del papel fundamental que Sánchez-Barcáiztegui jugó a favor del deporte de la vela en España dieron buena cuenta regatistas como Patxi Rivero, Hugo Ramon y Nacho Postigo; el capitán marítimo de Palma, José Escalas; el presidente de la Autoridad Portuaria, José María Urrutia o Lorenzo Oliver, en su día delegado de Trasmediterránea. También Gabriel Barceló, expresidente del Club Náutico, quiso dar el último adiós al almirante.

Por parte de las Fuerzas Armadas acudieron a una ceremonia en la que se interpretó la Salve Marinera, el jefe del Estado Mayor de la Armada, Manolo Rebollo; el comandante general de Baleares, Adolfo Orozco; los jefes del sector Naval y Aéreo de Balears, José María Lavilla y Víctor Manuel Navallo, respectivamente, y el delegado de Defensa en las Islas, Cristóbal Sbert.

Por la mañana, el príncipe de Asturias había acudido al entierro de Marcial Sánchez-Barcáiztegui, gran amigo de la Casa Real. Don Felipe, que había llegado a la isla la noche del pasado jueves, transmitió a sus familiares las condolencias de parte de don Juan Carlos y doña Sofía.

Sánchez-Barcáiztegui descansa en paz en el panteón de la Armada, en el cementerio de Palma.