La villa, en fiestas. La Monumental, con buena entrada. Una cita puntual que todos los junios responde a una solera. El ambiente de siempre, que comprobamos año tras año. Lo dicho pues, una villa taurina, aunque unos antis se desgañiten antes de que suene el clarín. Poco ha cambiado a través de los decenios, sino al contrario, y el singular coso adquiere más empaque. En los tendidos de sol, los descamisados animan el preludio de la función. Se van llenando las localidades y hay un principio de emoción, que crece cuando se asoma El Cordobés.

Los toros de doña Clotilde Calvo han sido desiguales, alguno tirando a manso. ¡Vaya por dios!

Es harto sabido que en la Monumental se otorgan muchos apéndices. Manda el público soberano. Hemos dicho en otras crónicas que los toreros podrían torear gratis y presumir, claro, de obtener trofeos.

¿Cuántas se han otorgado? Por orejas no nos perdemos y repetimos que muchos espadas podrían torear gratis. Ya tenemos a El Cordobés en el ruedo de su gracia. Su aparición es aplaudida antes de desplegar el capote. No es que haya hecho una de sus ´clásicas´ faenas. Su primero ha sido un buen novillo, por cierto. Ha toreado mirando al tendido, el toro se iba a las tablas después de una estocada. Y, claro, le han dado los dos apéndices. El cuarto toro, berrendo, se emplaza. Es el único que recarga en las varas y arroya a un peón. Pero se va. El torero obligado, más bien con un manteo, y mirando al tendido ha capeado el temporal. Mata de una estocada, surge un mar de pañuelos y a sus manos van las dos orejas.

Esaú Fernández ha tenido una buena presentación en los ruedos de Mallorca. El torero ha caído bien al público, se ha lucido en un desplante de rodillas. Mató de dos pinchazos y media estocada y ha paseado un apéndice. El quinto ha salido con un poco de fuerza, desarmando al torero. Empieza la faena sentado en el estribo. El toro se iba a sus anchas pero termina de una estocada, aunque se haya levantado dos veces. Al final, palmas y saludos desde el tercio.

´El Fandi´ no se ha ido de vacío. Ha banderaillado al tercero, incluso se ha lucido con el violín y después lo ha tenido que hacer todo, debido al juego del toro. Al final, ha cortado una oreja. En el último, hubo petición porque remedió, en parte la sosería de su oponente. Ha matado de pinchazo y media y ha escuchado una ovación.

Concentración antitaurina

Un centenar de simpatizantes de AnimaNaturalis y miembros de la Plataforma Animalista de Baleares se concentraron frente a las puertas de la plaza de toros de Muro y realizaron una cacerolada como señal de protesta a la corrida de toros.

Con lemas como Tauromaquia abolición, No pararemos hasta la abolición o No con mis impuestos, las personas concentradas quisieron mostrar su rechazo tanto a la tauromaquia como al hecho de que una administración destine dinero público a este fin.

En este sentido, en declaraciones a Europa Press, el coordinador nacional de la campaña antitaurina de AnimaNaturalis, Guillermo Amengual, indició que el ayuntamiento de Muro ha destinado cerca de 50.000 euros tanto al acondicionamiento de la plaza como a las corridas, una "tradición" que, según esta entidad, "deja un reguero de sangre de miles de animales torturados anualmente hasta su muerte".

"Es vergonzoso que en el estado actual de crisis económica que sufre el país se sigan aportando estas cantidades de dinero a una primitiva tradición digna de bárbaros, cuando se está recortando en cultura y sanidad, y se están subiendo todos los tipos de impuestos posibles", señaló.