Unidos por la común afición al cine independiente y en versión original, los espectadores quisieron demostrar su apego a las salas Renoir, que el martes proyectarán sus últimas películas. El cierre de los únicos cines de Palma que ofrecen estrenos de filmes rodados con menos medios, y en el idioma en que han sido hechos, ha caído como un jarro de agua fría sobre el público cinéfilo de la ciudad, que ayer organizó un plante en s´Escorxador a modo de protesta y queja. La empresa alega la imposibilidad de subsistir con la escasa recaudación del Renoir, sobre todo porque en breve han de modernizar las salas.