Más de 15 años después, los cines Renoir de Palma apagan sus proyectores. Desde Alta Films confirmaron ayer la noticia de que las salas situadas en s´Escorxador cierran sus puertas "tras ocho años de pérdidas". Según el comunicado de los propios cines volcado en twitter, "la situación es insostenible y no hay otra solución posible".

Enrique González Kuhn, al frente de la empresa junto a su padre Enrique González Macho, presidente de la Academia de Cine, declaró ayer a este periódico que el cierre se llevará a cabo en un mes, "todavía no hay fecha definitiva, pero será hacia mediados de mayo", indicó.

En el mismo comunicado de la empresa, en el que se lamenta el fin de estas salas tanto en Palma como en la ciudad de Zaragoza (las de Bilbao desaparecieron hace dos años), se asegura que el cierre quiere hacerse "con la mayor dignidad y el mayor respeto, sin deber ni un euro a los trabajadores, a la seguridad social ni a los proveedores".

Los cines Renoir se habían convertido en el último mohicano de la versión original en Palma, así como de cierto tipo cine: más de autor y menos comercial. Su cartelera y selección de películas era muy reputada en la ciudad.

Los siete trabajadores, que se ocupaban cada día de abrir y cerrar las cuatro salas de estos míticos cines, deberán pasar durante las siguientes semanas por un ERE.

Esta desaparición se suma a la que, hace unos meses, sufría otra sala de Mallorca: el Metropolitan, situado en el barrio de Pere Garau.

Así las cosas, el mapa de cines en Palma queda prácticamente dominado por los amplios multicines de centro comercial. De momento, siguen resistiendo como dos fortines el Augusta y el Rívoli.

Las causas del cierre de los Renoir están relacionadas directamente con los problemas que atraviesa el cine patrio. En primer lugar, hay que recordar que todas las salas del país tienen un tiempo limitado para digitalizarse. "En un año no podemos digitalizar todos los proyectores del Renoir. Cada pantalla cuesta 100.000 euros. Si no nos digitalizamos, no nos servirán cintas", comenta González Kuhn. Por otra parte, empresas como Alta Films, que produce, distribuye y exhibe películas, se verán afectadas por los fuertes recortes que el Gobierno ha aplicado al fondo dedicado al séptimo arte. Esto es, a las ayudas a la producción de filmes, pero también a las subvenciones por la recaudación en taquilla. La bajada en el número de espectadores por sala (el consumo por internet de cine es un fuerte competidor) es otro de los motivos de este repentino y desdichado cierre.