Si había dudas sobre de qué manera iba a afectar la imputación de Iñaki Urdangarin en las relaciones de la familia real con Mallorca, éstas quedaron ayer disipadas. Al mal tiempo, buena cara. Así, al menos se mostró la reina tras un almuerzo con sus amigas en Puerto Portals. Sonriente, doña Sofía se paró a las puertas del restaurante Flanigan para asegurar que en su familia, "todos están muy bien".

Han pasado siete días desde que el duque de Palma llegara a la isla acompañado de la infanta Cristina para enfrentarse a una de las situaciones más comprometidas de su vida: había sido llamado a declarar por el juez Castro en calidad de imputado en una de las piezas separadas del caso Palma Arena.

Siguiendo casi la cronología de los acontecimientos vividos por Urdangarin la pasada semana, la esposa del rey llegó a la isla el pasado viernes a bordo de un vuelo regular procedente de Londres. Poco después, y en compañía de una amiga, se vio a doña Sofía en el Festival Park, donde acudió a ver la película de Steven Spielberg, War Horse (Caballo de Batalla). Era la sesión de las 19.15 horas y, para no llamar la atención, la reina esperó a que comenzara la proyección del filme para entrar en los cines por la puerta de emergencia. Salió del mismo modo.

Tras pasar la noche en Marivent, donde también se alojaron Iñaki y Cristina -aunque éstos lo hicieron en Son Vent, vivienda anexa al palacio-, la reina, lejos de esconderse, realizó una excursión por el Pla de Mallorca, donde visitó una antigua possessió, y después almorzó con unas amigas en el restaurante Flanigan de Puerto Portals. Allí, en la terraza y de cara al púbico, pasó buena parte de la tarde de ayer conversando con sus amistades. Para beber, una coca-cola que acompañó algunos de los platos más emblemáticos de la carta del restaurante mallorquín, uno de los lugares predilectos de los reyes. De hecho, el pasado verano se vivió a sus puertas una de las imágenes de la temporada: todos los miembros de la familia real, incluidos los ocho nietos de don Juan Carlos y doña Sofía, posando para los medios y llenando de besos al monarca.

Ayer sábado, la situación era muy distinta. Aún con noticias en la prensa sobre nuevas irregularidades en el instituto Nóos, que presidía el duque de Palma, la reina respondió a DIARIO de MALLORCA cuando se le preguntó por cómo se encontraba su familia. "Estamos todos muy bien, gracias", dijo. A continuación, y al cuestionarle sobre cómo se sentían tras la comparecencia de Iñaki Urdangarin, doña Sofía cambió el gesto y, mucho más seria, se acomodó en el coche que la llevaría de vuelta a Marivent.

Mucho se había especulado estas últimas semanas sobre si los reyes, tras conocerse la imputación del duque, iban a seguir siendo fieles a Mallorca, isla en la que veranean desde que eran príncipes de España y en la que sus hijos, Elena, Cristina y Felipe, han aprendido, entre otras cosas, a navegar. Con su presencia, doña Sofía demuestra que, de momento, las Balears siguen siendo su destino de descanso preferido.