­El pintor Miquel Barceló, uno de los artistas vivos más importantes del panorama internacional, recibió ayer el Premio Penagos de Dibujo, que otorga la Fundación Mapfre, agradeciendo haber sido elegido en los "tiempos destemplados" que vivimos.

La infanta Elena estuvo presente en un acto celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), al que también acudieron el presidente de la citada fundación, Alberto Manzano, que destacó la "ingente y meritoria labor" del mallorquín en el campo del dibujo.

Mientras, el catedrático Francisco Calvo Serraller valoró la capacidad de Barceló para "sobrevivir a una fortuna" que no ha mermado su creatividad, siempre a la altura de los "desafíos nacionales e internacionales" que se le han presentado.

En su discurso, el responsable de la decoración de la cúpula de la Sala XX del Palacio de Naciones Unidas en Ginebra, calificó al dibujo como la actividad principal de su vida, de la que se han derivado todas las demás.

"Es gracioso pensar que la pintura ha muerto y el dibujo no" -explicó en referencia a aquellos que dan por muerto este arte-. Como si muere Dios pero la Virgen María siguiese viva".