Simón Andreu (Sa Pobla, 1941) se atreve con cualquier papel, por tenebroso que sea. "Siempre me ha encantado el género de terror", afirma el protagonista de títulos emblemáticos como La novia ensangrentada de Vicente Aranda o la trilogía de Luciano Ercoli formada por La muerte camina con tacón alto, La muerte acaricia a medianoche y Días de angustia. "Me sigue gustando, pero ahora que soy mayor prefiero cosas más tranquilitas. Con el terror disfruto más como espectador que como actor. A mi edad ya no puedo mancharme de sangre". Bromea, porque en unos días inicia el rodaje de Day of Blood, "un slasher político", en palabras de su director, el catalán Gonzalo López.

Day of Blood es el segundo largometraje de López, tras Embrión (2008). Se enmarca dentro del cine slasher, un subgénero del cine de terror que, como recuerda el propio director, "tiene su origen en Bahía de sangre (1971) de Mario Bava y se caracteriza por la presencia de un grupo de adolescentes en un lugar perdido que irán siendo masacrados por un psicópata, uno a uno. La época dorada llegó con títulos como Viernes 13, aunque mi película se sale de sus cánones".

López se siente muy cómodo con este género. "Me ofrece una montaña rusa de emociones y muchos placeres estéticos. Diría que de todos los géneros es el más abierto a la experimentación visual". Erudito en este campo, valora la carrera de Simón Andreu dentro del terror, aunque advierte que en ningún caso puede hablarse de él como de "un actor encasillado".

"Simón Andreu es uno de mis actores favoritos de todos los tiempos. Puede hacer cualquier papel, ya sea de villano, héroe o galán, como cuando empezó. Cuando le ves trabajar, no ves a un actor haciendo un personaje, ves a una persona viva. ¿Por qué le quedan tan bien los papeles de malvado? Quizá sea porque tiene cara de buena persona y es capaz de ofrecer un contrapunto".

En Day of Blood, Andreu da vida a Jaime, el encargado de la vigilancia de un bosque en el que un grupo de nueve amigos, mitad chicos mitad mujeres, acampan durante el puente de la Diada de Catalunya de 2011. Lo harán en el mismo lugar en el que en 1975 un hombre fue asesinado por unos desconocidos, durante los últimos días de la dictadura franquista. El siniestro personaje de Andreu será el encargado de relatarles aquel episodio.

Tensión sexual y juegos sangrientos para una cinta que empezará a rodarse en marzo en el Parc Natural del Montseny –Barcelona y Almería o los Monegros también son otras localizaciones– y se estrenará en noviembre de este mismo año, con un elenco en el que también entran Sergio Bernal y María Kosty, actriz que también regresa al terror después de protagonizar en los 70 cintas como La noche de las gaviotas, La rebelión de las muertas, Una libélula para cada muerto o La noche de los brujos, en la que coincidió con Andreu.

El equipo de López camina sobre seguro, o eso cree. "El de terror es un género siempre en boga, nunca pasa de moda, está arraigado en nuestra propia naturaleza. Y además, me interesa desde el punto de vista comercial", reconoce un cineasta que "sería incapaz de hacer una comedia. No sabría, pues los ritmos y las reglas narrativas son diferentes a las que siempre he tratado".

Malvados también son los protagonistas de la película a que Gonzalo Lopez da más papeletas para los Goya. No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizu, es "una obra maestra, con un pulso narrativo que impresiona".

López no seguirá en directo la gala de los Goya. "No tengo televisión", aclara. Pero sí le lanza una exigencia al ministro José Ignacio Wert, que estará en la ceremonia. "Que potencie las inversiones privadas en el cine y quite de una vez por todas las subvenciones, para que no haya tanto chupóptero". Reclamaciones lanzadas por un defensor del crowdfunding, en español financiación en masa o micromecenazgo, que encuentra el dinero necesario para sacar adelante cualquier proyecto creativo a través de internet.