El retablo mayor gótico de la Seu vuelve a brillar. Tras ocho meses tapado por los andamios, han concluido los trabajos de restauración y conservación de esta obra, que data de principios del siglo XV.

La restauración de la imagen se ha realizado entre febrero y octubre de este año y la ha ejecutado el taller del Obispado de Mallorca, bajo la dirección de Antònia Reig Morro. "Se ha optado por el criterio de la mínima intervención, respetando todas las modificaciones históricas que ha sufrido el retablo", destacó la directora técnica.

Las mayores modificaciones se notan en la presentación del mueble. Toda la estructura se ha limpiado para retirar los restos de polvo, humo, sales y cera. Además, se han reparado la policromía y la superficie dorada, barnizándolo dos veces para proteger los dibujos. Los elementos oxidados se han arreglado y se ha modificado la iluminación del conjunto. "Antes el retablo era oscuro y marrón. Estaba a la vista de todos, pero nadie se fijaba en él", apuntó Roig. En total, siete restauradoras han intervenido en los trabajos.

En sus orígenes, la imagen se situaba en el altar principal. Estaba compuesto por dos cajas translúcidas, que permitían ver a los religiosos situados tras la pieza. Por ese motivo, los historiadores del arte califican el retablo de "joya excepcional". Posteriormente, fue cortada y dividida en dos piezas. Cada caja pasó a ocupar un lugar diferente en el templo: mientras que una parte se quedó oculta tras el retablo barroco, la otra mitad se instaló en la capilla de la Trinidad.

En 1904, el arquitecto Antoni Gaudí recuperó la estructura y la situó junto a la puerta del Mirador, colocando una caja encima de la otra. Los restauradores han optado por dejarla en la misma posición y no volver a unirla como en su estado original.

La decoración del retablo mayor también ha sufrido modificaciones con los años. En sus ventanas tenían siete tallas de la Virgen y diversos santos, que fueron recolocadas en la Seu. Ahora solo se mantienen los ángeles músicos del bancal inferior.

Herencia de la Corona de Aragón

Para la responsable del Grupo de Conservación del Patrimonio Artístico Religioso de la UIB, Mercè Gambús, la importancia de este mueble reside en que "la morfología y la estructura son únicas" y en que es el retablo gótico más antiguo de Mallorca. "Además, es el único que se conserva en el mundo con esta forma, una joya mallorquina", insistió la especialista.

Gambús señaló que existieron otras arquitecturas con una morfología semejante en otros territorios de la Corona de Aragón, por ejemplo, en las catedrales de Barcelona, Manresa y La Seu d´Urgell, aunque o bien fueron destruidas o bien solo se mantienen algunas partes de esas imágenes.

Este proyecto de restauración y conservación del retablo mayor se enmarca en el programa Recuperar Gaudí en la Seu de Mallorca, que financia el Capítulo Catedralicio. Este plan se inició en 2007, con la restauración de las siete imágenes del retablo y ha proseguido con este mueble, que recuperó el arquitecto catalán hace un siglo. Este conjunto de intervenciones están pensadas en vistas al centenario de la muerte del Obispo Campins, que se celebrará en 2015.