Fernando Sánchez Dragó presenta 'Esos días azules', más de 500 páginas donde el escritor repasa los recuerdos y las anécdotas más importantes de su infancia y adolescencia. En este volumen, que promete no ser el único, el resto de su existencia aparece como referencia de sus constantes vitales: la literatura y el sexo.

Sánchez Dragó, quien cumplió 75 años el pasado 2 de octubre, ha afirmado durante la presentación de este libro sentirse "encantado" con la vida y sorprendido de que el mundo esté lleno de personas irritadas. "El azul es mi favorito, es el color de la felicidad", declara.

"Ya que el tonto ese de Hessel ha publicado '¡Indignaos!', un insulto a la inteligencia donde no dice nada, y además el tío se está forrando, yo estoy a punto de escribir dos libros iguales de 28 páginas que se llamarán: '¡Resignados! y '¡Divertidos!'", ha señalado el escritor.

En las páginas de este libro confiesa: "Nací libertino y libertino moriré". Dragó no se cansa de afirmar lo "contentísimo" que se siente cuando sale a la calle y señala que se le van los ojos detrás de las chicas. "Cruzo la carretera aunque la carretera esté llena de coches y el semáforo esté en rojo", ha indicado.

Marihuana, whisky y Viagra

Sin ser preguntado, no duda en hablar sobre su vida sexual. "Antes me corría aventuras siete días a la semana, ahora me corro una: me tomo una galletita de marihuana, me echo al bolsillo una petaca de whisky, me tomo diez gramos de cialis -viagra- y me voy".

En este sentido, reconoce que, "excepto en el sexo", no ha notado "ningún síntoma de decrepitud". Acto seguido, saca del bolsillo de su chaqueta un puñado de pastillas y sus últimos descubrimientos para apaciguar la longevidad. "No me entran en una caja", detalla.

"Sea por esto o no, mientras tenga libros qué escribir seguiré vivo", afirma Dragó, quien admite no sentirse "viejo" porque, a su juicio, "ser viejo o joven es una cuestión de carácter". El suyo, a diferencia de la melancolía de Machado --de quien toma prestado el título del libro--, es "alegre" y "de buen humor".

Tal y como resalta el literato, la autenticidad es una de las marcas de la casa en su vida. En este sentido, cita a Oscar Wilde: "Los mediocres no evolucionan" y añade: "Una persona con vocación es fiel a sí misma. No soy una persona versátil, lo que digo aquí lo decía en mi infancia".

La estrategia del calamar

Sorprendido de que el mundo piense que hace "lo posible por llamar la atención", desvela que en su vida ha tenido que llevar a cabo dos tácticas para mantener su intimidad a salvo. Por un lado, huir al extranjero y recuperar el anonimato. Por otro, lo que ha denominado "la estrategia del calamar", es decir, echar tinta y escribir para distraer miradas.

En cuanto a la política, revela que no le interesa "lo más mínimo" y afirma encontrarse "frente a la derecha y a la izquierda". Por ello, se siente asombrado después de que un partido, cuyo nombre no quiere desvelar, le haya ofrecido aparecer en sus listas. "Crearía un problema atroz", reconoce.

Dragó admite que su vida privada "no tiene interés" y matiza que 'Esos días azules' "no son unas memorias eróticas". Sin embargo, considera que su existencia, en la que ha pasado por guerras y cárceles, ha cruzado los Pirineos sin pasaporte, ha sido mordido por un perro rabioso en Etiopía y lapidado en Israel, es un filón.