Dos jóvenes de un colegio mayor de Santiago se recuperan de las lesiones sufridas en los ojos durante una "batalla" en la que les arrojaron un producto abrasivo, por lo que tuvieron que ser operados.

Según ha explicado a Europa Press el director del Colegio Mayor San Agustín, Jorque Vázquez, al que pertenecen los universitarios afectados, en Santiago hay una "tradición" que consiste en una "batalla de colegialas de varios colegios mayores" en la que se tiraban harina, huevos y salsa de tomate, entre otros.

En la citada batalla, convocada en la madrugada del pasado miércoles cerca del Colegio San Agustín, "algunos tiraron un líquido" que se correspondía con detergente industrial, que causó daños a tres estudiantes, dos de los cuales fueron operados. "De aquí no salió el líquido", ha asegurado el director del Colegio Mayor San Agustín.

Asimismo, ha destacado que los tres alumnos se encuentran en casa y "bien". En relación a las novatadas, el director ha asegurado que "están prohibidas" en el colegio y que, como consecuencia de los incidentes, se reunió con directores de varios colegios y alumnos "para hacer una reflexión seria".

Por último, ha sentenciado que quienes intervienen en las novatadas son unos incoscientes.

Consejos de la Policía y la Guardia Civil

Por su parte, la Policía Nacional y la Guardia Civil han aprovechado su perfil en Tuenti, ´Plan Contigo´, para aconsejar a los jóvenes que accedan a la universidad o a colegios mayores que pueden denunciar los daños físicos u ofensas graves de las novatadas.

También han recordado las fuerzas de seguridad pueden "tomar medidas sin mediar" denuncia cuando hay constancia de delito.

La página introduce los consejos recordando que "En algunos sitios, los más veteranos organizan supuestos ritos de bienvenida que, lejos de eso, acaban convirtiéndose en focos de mal rollo, problemas, humillaciones, lesiones y hasta delitos y riesgos muy serios para la salud de los participantes".

Para evitar esto, recomiendan que las actividades no supongan ningún riesgo para la salud ni la integridad, que no incluya humillaciones, que no se obligue a consumir alcohol y que se respete el descanso y los espacios de los demás vecinos.

"No podemos confundir nunca entre lo que es divertido y lo que genera disgustos o problemas... y lo que debe ser una fiesta de presentación o bienvenida debe ser siempre eso: una celebración buena para todos", ha concluido.