La activista yemení Tawakul Karman, que hoy fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz de 2011, dedicó ese reconocimiento a "todas las revoluciones árabes", con un recuerdo especial "a la sangre de los mártires y de los heridos".

En declaraciones a Efe en la plaza Al Taguir de Saná, donde permanece acampada en protesta contra el régimen del presidente Ali Abdalá Saleh, Karman aseguró que continuará su lucha "contra la opresión y la injusticia hasta conseguir que se juzgue a Saleh".

La yemení, que pernocta junto a su hijo y una de sus hijas en una pequeña tienda de campaña, desconocía que era candidata al premio, de lo que se enteró hoy mismo a través de la televisión.

Karman fue distinguida por el Comité Nobel de Noruega junto a la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, y a la también liberiana Leymah Gbowee por su "lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y por los derechos de las mujeres para participar plenamente en las tareas de pacificación".

"Estoy muy contenta con este premio, que es un honor para todas las revoluciones árabes", dijo Karman, con un énfasis especial en las revueltas de Túnez, Egipto y su propio país, el Yemen.

"Sabía que aspiraba a un premio en Estados Unidos de derechos y libertades, pero no al Nobel", explicó la fundadora de la ONG Mujeres Periodistas Sin Cadenas y dirigente del partido islámico Al Islah (Reforma Islámica), que apostó por la vía pacífica de oposición a Saleh.