José Ángel Hevia. El gaitero asturiano de éxito internacional actuará en la Plaza de Toros de Palma el próximo día 3 de agosto en una noche de música celta con la actuación de Celtic Legends, un espectáculo de danza irlandesa.

—Como miembro de la reciente Junta directiva de la SGAE, ¿qué opina de todo lo ocurrido?

— Opino que es un episodio triste. Debe aclararse por el bien de todos. La sociedad debe comprender que lo que ha pasado no implica a un colectivo enorme de gente que son músicos, actores, actrices... Es gente que necesita tener un medio que garantice sus derechos y que no ha tenido nada que ver con lo ocurrido.

—¿Cree que las verbenas deberían pagar por poner música?

—Todo el mundo cobra: los de montaje, sonido... Quien ha hecho la canción también tiene derecho a una remuneración. Creo que es justo que cobren por su trabajo y ello se debería explicar a la sociedad.

—¿Un artista debe ir renovando su estilo?

—Yo antes también divagaba mucho al respecto. Me obsesionaba. Al cabo de unos años acabas haciendo lo que te apetece. Si tú no te lo pasas bien es imposible transmitir al público.

—¿Tradición e innovación van separados?

—No son términos contrarios ni opuestos. Es imposible tradición sin evolución. La tradición no es algo muerto, no es una pieza de museo. Por definición es algo que vivimos, que se mantiene viva.

—¿Sigue habiendo tantas bandas de gaitas como en los 80?

—Ahora mismo no, aunque sí están en su mejor momento. Hace años eran más en número. Ahora no en cantidad, pero nunca había habido tantas bandas con tanta calidad como en el momento actual que vivimos.

—¿La música celta llega también a Oriente?

—Hemos estado en Japón en varias ocasiones. Hace poco que he vendido algunas gaitas allí. También estuvimos en Israel, Jordania o Turquía. Creo que se trata de música sin apellidos y, como tal, puede llegar a cualquier parte. Además, la música instrumental allana el camino.

—¿Qué música escucha Hevia?

—He pasado por muchas épocas diferentes. Durante mi adolescencia escuchaba gaita pura y dura, algo extraño para un chico joven. Luego folk, bretón, gallego, asturiano... Y ahora mismo, música latina.

—¿Qué está probando ahora?

—Estoy en la onda de las décadas pasadas del siglo XX. De hecho estoy trabajando mezclando gaita con música latina de los años 50, como Xavier Cugat o Carlos Gardel. Me encanta tocar tangos de Gardel con la gaita.

—Asmático y se fabrica sus propios instrumentos. ¿Quién puede hacerle sombra?

—Las nuevas generaciones. Son jóvenes de dieciséis años que tocan rapidísimo, quieren demostrar destreza. Dentro de unos años, veremos a esa gente decir mucho.

—¿Tiene previsto sacar un nuevo disco?

—Creo que nunca. Al menos si pasa a denominarse así o con un formato semejante. La industria discográfica se ha ido a pique. Yo me aparto del mercado.

—La xeremia y la gaita, ¿son de la familia?

—Tienen una filosofía de vida común en torno al instrumento. Es algo que engancha, desde buscar las cañas para fabricar tu insturmento, la madera... Somos artesanos. Son muchas vivencias que nada más puede darte.