Christian Völkers volvió a demostró el pasado sábado porque es uno de los grandes anfitriones de Mallorca reuniendo, un año más, en su propiedad de Son Coll, a gran parte de la más selecta sociedad empresarial, industrial y de la alta nobleza centroeuropea y juntándolas con las caras más conocidas de la sociedad, la empresa y la cultura mallorquina y española.

La lista de invitados era tan extensa como ilustre: Juan y Sherezade Benet Farmanfarmayan con su hija Alexandra; Joan y Teresa Buades; Juan Antonio Horrach y Susy Gómez; Marta Gayá y Joan Guaita; el conde de Fontanar y César Escobar; los condes de Campoalegre, Natasha Zupan, Fabrizzio y Carla Plessi; Jepi Corro y Santiago Ques; Pedro y Sandra Garau; Jaime Colomar y Pedro Vidal; Borja de la Rosa, los condes Giovanni Emo Capodilista, la duquesa Grazia Serra di Cassano con su nieta Bianca Gandolfi y Meles Cánaves, Claudia y Albert Drettmann, Philip Harari con su esposa, los condes Félix la Rosée, la cantante griego alemana Vicky Leandros, los barones Hubertus Rukavina, los condes Gaudenz von Trapp, el conde Dominik von Stauffenberg, los condes Winfried von Henckel- Donnersmarck, la editora Diana Zaforteza, Cecci Sandberg y Tolo Crespí, entre muchos otros..

La cita era a las seis de la tarde en el campo de polo, entre las montañas y el mar, para disfrutar de la final del torneo que anualmente viene organizando en su casa y que deja año tras año imágenes que ya se han convertido en un referente del veraneo mallorquín más elegante. Siguiendo la tradición, los invitados acudieron vestidos completamente de blanco, embelleciéndolo todo, para disfrutar desde un promontorio de piedra seca, bajo las carpas, mientras se refrescaban con vinos de la tierra, de uno de los deportes más bellos del mundo.

El polo, como símbolo de distinción, calidad y exclusividad se incorpora con naturalidad a la oferta turística de la isla, atrayendo o enganchando únicamente con su belleza. La tarde no podía ser más propicia. Los más de 300 invitados, entusiasmados, aplaudieron al equipo ganador, Team Engel&Völkers, liderado por el anfitrión; en segundo lugar quedó el equipo de Drettmann Yachts, en el tercero el equipo de Son Campaner y en cuarto lugar el Team Berenberg Bank. Tras la entrega de trofeos la sorpresa llegó con la aparición sobre el verde de un caballo magnífico perteneciente a la yeguada de Ses Planes, propiedad de Marieta Salas, que ofreció un espectáculo de doma clásica, con el mar de fondo y mientras se ponía el sol, de una belleza indescriptible.

Tras la exhibición ecuestre se sirvió la cena, en una explanada cercana, en impolutas mesas blancas iluminadas por centenares de velas. Un tradicional asado argentino, perfectamente servido, preludio de una noche de baile hasta el amanecer para celebrar tres días de deporte y fiesta organizados a la perfección.