La búsqueda de nuevas propuestas para impulsar proyectos de mejora social hizo posible que surgiera hace tres años la ONG Daresvida, una entidad decidida a tender la mano a los más necesitados mediante programas innovadores. Esta asociación ha sido la impulsora de un proyecto pionero que pretende conectar la reinserción social de presos del Centro Penitenciario con una red de ayuda a personas con discapacidad. La forma de establecer esta comunicación entre ambos colectivos es mediante unos animales que, por alguna razón, siguen siendo considerados los mejores amigos del hombre: los perros.

´Terapia Dog´ es el nombre del programa que comenzó en su primera etapa el pasado mes de noviembre, cuando diez internos del Centro Penitenciario iniciaron el adiestramiento de los perros con el objetivo de convertirse en animales válidos para la asistencia de personas discapacitadas. Este proyecto cuenta con la colaboración económica de la Obra Social Sa Nostra.

Margarita Tramullas es médico de familia e impulsora de esta iniciativa que está viviendo ahora un momento importante, puesto que el éxito de los primeros meses ha provocado un aumento del número de usuarios interesados. Asegura que el programa es pionero a nivel europeo en todo lo referente a la reinserción laboral de los presos mediante los cursos certificados de adiestramiento, pero que experiencias similiares ya se han realizado en Estados Unidos.

La coordinadora explica que desde la entidad están doblando sus esfuerzos para analizar al detalle el desarrollo de ´Terapia Dog´ de cara a las siguientes ediciones. Por ejemplo, Tramullas cuenta que es muy importante el testimonio de los primeros usuarios de este servicio, que ya quieren transmitir sus vivencias y la mejora a nivel social que les ha supuesto la ayuda de los perros adiestrados.

El programa comenzó con la selección de los diez reclusos a los que se formó con nociones de adiestramiento de perros terapeúticos. A continuación se construyeron las perreras y se produjo la llegada de los primeros animales. A partir de ahí comenzó la convivencia y el adiestramiento específico para casos de discapacidad. El proyecto cuenta con la colaboración de un equipo formado por veterinarios, médicos, psicólogos, investigadores y adiestradores.

Una de las batallas de Daresvida es que las instituciones reconozcan la figura de los perros de asistencia con un certificado, lo que evitaría problemas que hoy en día son frecuentes, como, por ejemplo, no poder acceder a determinados lugares públicos acompañados de estos animales.

El reto de futuro del proyecto consiste ahora en organizar el adiestramiento de más perros para poder responder a la demanda creciente. La coordinadora asegura que ahora pretenden consolidar el programa, puesto que las primeras experiencias positivas han servido para confirmar que "los perros pueden dar mucho a las personas".