Había ganas de cambio. La crisis y algún proyecto ilógico habían estancado la concejalía de Cultura de Palma. Sobre todo en el último año. Ahora mismo pienso en el Mar i Terra, por ejemplo, espacio escénico desaprovechado sin apenas programación a excepción de algún concierto acústico de pequeño formato y esporádicos espectáculos infantiles. No conozco a casi nadie que haya estado en el teatro. Y eso no es bueno. Restaurarlo costó 2,5 millones de euros y mantenerlo no es gratis.

Por otra parte, la Fundació Pilar i Joan Miró tampoco ha tenido el protagonismo que se merece. Su potencial desperdiciado es ya un mal endémico en Ciutat. A bote pronto, se me ocurren sólo dos proyectos de la pasada legislatura susceptibles de quedarse en la memoria: la exposición Barceló avant Barceló, 1973-1982 y el desembarco en Tesalónica. Poco más. El caso es que el museo ha ido perdiendo fuelle y el nuevo equipo de gobierno en Cort debería tomar cartas en el asunto. Fernando Gilet –el nuevo concejal- y compañía lo tienen complicado, pero dicen –supuran los cotilleos- que tiene los problemas culturales de Ciutat bien detectados y que barajan cambios. A verlas venir, pues. Sobre las intenciones del Partido Popular de ir cediendo terreno al mecenazgo ante la deuda institucional cabe preguntarse, ¿va a seguir pagando Cort la programación de los teatros municipales o los entregará a la gestión privada? Ante cuestiones como ésta, la caja de los truenos de los teatreros, reunidos la semana pasada en el Principal para establecerse como frente común, no ha hecho más que empezar a sonar. La otra caja, la de las administraciones, es la que se quedará muda y cerrada los próximos cuatro años.

L´Associació d´Artistes Visuals de les Illes Balears (AAVIB) cumple 15 años. El próximo 16 de julio celebra su aniversario en la Miró. Creo que con Ángel Pascual al frente, la asociación ha mejorado y tiene mayor presencia en los círculos culturales. Sin embargo echo en falta que a veces hagan más ruido ante la situación de indefensión en la que aún se encuentran muchos artistas (artistas de verdad, no pseudofuncionarios), que en numerosas ocasiones siguen sin cobrar por su trabajo. Señalar más con el dedo a quienes llevan a cabo este tipo de prácticas serviría para erradicarlas. Creo que también deberían haber alzado la voz frente a galardones tan peligrosos como el Premio Internacional Arte Contemporáneo y Coleccionismo (PIACC). Porque los coleccionistas no deberían decidir quién prospera en el mundo del arte. Pese a estas objeciones, hay que reconocer el trabajo de la entidad, sobre todo si la comparamos con la de la Associació de Crítics i Comissaris d´Art de les Illes Balears. ¿Alguien sabe si ésta sigue existiendo?

Recomendar un cómic: Logicomix (editorial Sins Entido). Su protagonista es el filófoso británico Bertrand Russell. Se trata de una obra sobre la búsqueda de la verdad y sus implicaciones en la vida personal. Al parecer el escritor británico pasó en 1920 unas vacaciones en Sóller con su amante Dora Black. Venía de impartir varias conferencias en Barcelona, donde le hizo de cicerone Eugeni d´Ors. Una historieta muy recomendable por los secundarios de lujo: Georg Kantor, Alan Turing y Ludwig Wittgenstein. Y porque coincide con la nueva edición de su Autobiografía (Edhasa). Comentan que Russell tenía tanto talento que se comportaba como Greta Garbo.