Hay cosas que nunca cambian. Con la primavera llegan los calores; uno se libera de la ropa y al mirarse en el espejo descubre un michelín que antes no estaba. La barriga ha crecido inesperadamente, y cuando la mirada se desvía hacia los muslos uno confirma lo peor. "¿Pero soy yo?". Pues, a no ser que se esté frente a un espejo de feria, así es. El abrigo invernal cubre ahora el cuerpo.

Muchas mujeres y hombres horrorizados empiezan en primavera una cruzada contra la báscula. Hay que quitarse ese lastre como sea. Pase lo que pase. A toda prisa, veloces como un rayo, y contra viento y marea. Cada año se corona una dieta. La de la alcachofa, la de los puntos, la disociada... Y este 2011 reina el método Dukan. Preguntando en los círculos sociales no hay nadie que no conozca a alguien que no la haya hecho o la esté haciendo. Cientos de personas se han apuntado a la moda de la dieta milagrosa de este año, que está arrasando entre grandes estrellas de la pantalla como Penélope Cruz, Liv Tyler, Jessica Alba, Scarlett Johansson; modelos como Gisele Bündchen y rostros habituales del papel couché como Caritina Goyanes. Todas lucen un espléndido palmito gracias al doctor Pierre Dukan.

Este gurú de la dietética ha vendido en todo el mundo más de 15 millones de ejemplares del libro ¿Cómo adelgazar comiendo mucho? Dukan ha creado la dieta con la que sueñan muchas personas: es rápida y eficaz. O al menos eso asegura. Promete el ansiado milagro: diez kilos menos en dos meses sin el temido efecto rebote y sin pasar hambre.

La revolución Dukan acabó con el stock de las librerías de la isla y dejó vacíos los supermercados del ingrediente secreto de esta dieta: el salvado de avena, un componente clave del que se deben ingerir dos cucharadas al día. El elemento estrella no es más que la corteza de la avena, rica en fibras y minerales, vitaminas y proteínas. Su ingesta mezclada con agua hace que la avena se hinche y provoque esa sensación de saciedad, a veces, tan difícil de alcanzar.

La dieta hiperprotéica que promulga Dukan establece cuatro fases y los alimentos obligatorios a ingerir en cada una de ellas. Según relata en su libro, la dieta nació a raíz de la visita de un paciente obeso que se negaba a dejar de comer carne. El hombre le rogó que le diseñara un régimen, después de pasar sin éxito por las consultas de todo París, y le suplicó que no le privara de ella. "Durante cinco días no coma más que carne, tanta como quiera"; "A la semana siguiente mi paciente volvió con una sonrisa radiante. ¡Había perdido casi cinco kilos!", explica.

Estamos así frente a una dieta, inicialmente, hiperprotéica en la que únicamente se debe comer este alimento, junto a pescados, huevos, marisco y algunos lácteos; la cantidad que se quiera, hasta hartarse. Y, sorprendentemente, según han explicado algunas de las personas que están en este proceso, la reducción de peso es "espectacular". "En menos de un mes he bajado cuatro kilos", cuenta a este periódica una mujer recién iniciada en el método. La magia está precisamente en el menú. Las proteínas queman más calorías, resultan más saciantes, y combaten la retención de líquidos. Progresivamente, la dieta va incorporando verdura, fruta e hidratos en las fases posteriores.

Algunos expertos han avalado su eficacia. Si bien, alertan del retroceso que la ingesta de los alimentos prohibidos puede conllevar, incluso, con algo de propina. Además, el exceso de proteínas castiga el riñón y el hígado, y favorece el estreñimiento y la deshidratación.

Entonces, ¿hasta que punto es saludable este raudo adelgazamiento? Mientras miles de personas alaban sus resultados y muestran palmito, nutricionistas y dietistas alertan sobre las nocivas consecuencias del adelgazamiento rápido en el organismo. La nutricionista mallorquina Nieves Pérez Carro desaconseja las dietas rápidas y descontroladas. "No te puedes guiar simplemente leyendo un libro". "Los regímenes necesitan del seguimiento de un experto, y más si se trata de métodos tan arriesgados como éste", detalla. "No es natural". "El cuerpo se sobrecarga de proteínas y debe hacer un gran trabajo para eliminar los desechos que genera, provocando daños en el organismo". Además, hay que tener en cuenta "el estado físico de cada persona para saber si el cuerpo está preparado para someterse a tal estrés".

La Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas también desaprueba encarecidamente este método. La GREP-AED-N, la voz científica de esta entidad, califica la dieta Dukan de "ineficaz", "fraudulenta" y "potencialmente peligrosa". Pero... ¿Y si funciona? Sus colegas franceses han desgranado algunas de sus consecuencias. Se adelgaza a costa de dañar el organismo ya que "puede comportar desequilibrios nutricionales, alteraciones somáticas, psicológicas, hormonales, de crecimiento o de rendimiento". Según la AEDN, estaríamos ante una dieta timo o frente a la anti-dieta. El debate está servido.