La crónica podría haberse titulado "Un ArtPalma Brunch apolítico", pero sin sacarle los colores de la ideología a nadie. La paleta de tonalidades estaba ayer en los cuadros. Tómese lo de "apolítico" en un sentido procaz y como toque de atención (al lector); esto es: ningún gestor público de la cultura de esta isla –con una honrosa excepción– apareció ayer por las galerías palmesanas, que abrieron sus puertas –como cada sábado– con nuevas propuestas artísticas y con bandejas de aperitivos y vinos. Gratis. Y para todo el mundo. Esto es ArtPalma Brunch, otro catalizador de la vida cultural de Ciutat. Pero de día. Y ayer con solazo. Para que luego digan que en Palma nunca pasa nada.

Sin alcanzar cotas de participación tan elevadas como la Nit de l´Art –la última apestaba a preelectoralismo–, cientos de ciudadanos echaron la mañana de ayer en las salas privadas de la asociación Art Palma y en otros espacios que jalonan el recorrido que va de la plaza de la Porta de Santa Catalina a la calle San Jaime. A excepción de los centros públicos, vacíos y de espaldas a la iniciativa.

Las fuerzas vivas de esta crónica son las que tienen que ser: los artistas, la gente del pueblo, las familias, los galeristas y demás agentes sin carné de partido comprometidos con la cultura.

Marga Gómez del Cerro, por segunda vez en Aba Art, andaba preocupada por cómo explicar su obra, un conjunto de piezas que simbolizan la fragilidad de la vida tanto por su estructura como por los materiales. Se expresó muy bien: "Las primeras instalaciones son obras de construcción, las segundas empiezan a caerse y al final hay un gran naufragio", apunta. Los poetas Bernat Nadal y Àngel Terron, el ceramista Miquel Magraner, la artista Bárbara Weil y el comisario Fernando Gómez de la Cuesta navegaban en esa épica de náufragos diseñada por la artista. Sus piezas con cordeles, a veces a punto de romperse, se relacionaban por lo orgánico con la propuesta del venezolano Milton Becerra: instalaciones colgantes que se extienden hasta el infinito realizadas a partir de cuarzo de Madagascar y otros materiales naturales. En la Joan Guaita se dejaron ver el abogado y coleccionista José María Lafuente y Nieves Barber de Can Marqués, entre otros.

La tele está en la Maior entrevistando a su alma mater, Jero Martínez. "Cada año viene más gente y el público es más familiar", contesta a la cámara. Justo es eso, la familia, el leitmotiv de las piezas de Yvette Berger Owanto, un conjunto artístico que estuvo expuesto en el pabellón de África en la última Bienal de Venecia. Señales de tráfico con una iconografía muy singular (una pareja con sus bebés) ordenan el tráfico en distintas ciudades del mundo, representadas a modo de fotografías. Un trabajo colorido que resalta la importancia del núcleo familiar –capital en África– en la vida moderna. Un destello de Tokio provoca que el espectador conecte esa imagen con Fukushima. Pero no es el único reflejo de actualidad en este ArtPalma Brunch, para que luego digan que no se trata de obra reciente. En el oratorio de Sant Feliu –la Kewenig–, el alemán Hendrik Krawen se ha traído a Mubarak sobre un lienzo gris y negro. Su caída en Egipto está simbolizada en una enorme valla publicitaria en proceso de desmontaje. Pintura, la de Krawen, que a veces parece collage, como la de Luis Cruz Hernández en la Ferran Cano, o la de Umberto Manzo en la Xavier Fiol, o la de Pipo Hernández en la sala Pelaires, donde confluyeron el ex alcalde y articulista de este periódico Ramón Aguiló, el empresario Llorenç Fluxá, el abogado Juan Buades, el diputado del Partido Popular Francesc Fiol, el presidente de la Associació d´Artistes Visuals de les Illes Balears Ángel Pascual, la comisaria Neus Cortés y los artistas Guillem Rubí, Stefan Lundgren, Pep Guerrero, Pedro Vidal y Rafa Forteza.

Pep Pinya, amante de los entrecomillados, es el anfitrión del Centro Pelaires de la calle Verí. "Un éxito", confirma, "en tres años esto será como la Nit de l´Art", pronostica. Mientras cuenta que la asociación ha registrado la marca Palma Photo y que el año próximo se sumarán al brunch las galerías palmesanas de la AIGAB, llega la ex consellera de Cultura Bàrbara Galmés, la única representación institucional del día. Y quédense con eso, que es ex.