Eran las cuatro de la mañana. En el pub Bauxa, situado en la céntrica plaza de sa Bassa de Manacor, los jóvenes bailaban con desenfreno y apuraban los tragos de sus cubatas. Lo habitual al tratarse de un viernes noche. De repente, un muchacho, arropado por los amigos, se deja llevar por la música, se sube a la barra y se marca unos pasos de baile. Risas, aplausos y fotografías, muchas. Y es que ese jovencito era, nada más y nada menos que Rafel Nadal, el actual número 1 de la ATP.

Horas después de presentar el que será el mayor centro formativo internacional de tenis, que se construirá en Manacor y que llevará su nombre, el tenista decidió pasar una velada agradable en compañía de sus colegas. Algo habitual, por otra parte, ya que son muchos los que aseguran haber coincidido con Rafel por los pubs de su pueblo natal. El deportista se mostró muy amable con todos los clientes que abarrotaban el garito y se dejó fotografiar mientras bailaba sin pudor. Tan bien se lo estaba pasando que accedió a los deseos de sus acompañantes subiéndose a una de las barras interiores del local, momento muy vitoreado por los presentes.

Probablemente, la del viernes, sea la última fiesta que Nadal pueda permitirse pues debe incorporarse a la disciplina de la selección española para preparar el partido contra Bélgica, de la primera ronda de la Copa Davis, competición a la que regresa tras su última participación, en 2009.