Sus diseños acarician el cuerpo con una delicadeza casi mágica. No solo cuida cada uno de los detalles de sus prendas, sino que realza su entorno. De hecho, no hay boutique que lleve su sello y no sea en sí una verdadera obra de arte. En ellas los vestidos vuelan, no se cuelgan, y el olor transporta a su universo, el mundo Cortana. La mallorquina Rosa Esteva (Palma, 1975) cumple diez años haciendo "algo íntimo", diseñar.

Resulta curioso que, en una época en la que grandes de la moda se han visto obligados a bajar las persianas de sus talleres o a cerrar sus tiendas y lanzarse al mundo online, ella asegure estar mejor que nunca. "Es que yo siempre he vendido, y lo sigo haciendo. A lo mejor ahora la gente tiene menos dinero para gastar pero siguen queriendo algo único, exclusivo y de calidad. Cortana ofrece eso y más", cuenta la diseñadora. Quizás, esa sea la clave de su éxito - "yo no creo haber logrado nada. Aún me queda por hacer y por aprender"- y de que, diez años después de embarcarse en la aventura de tener su propia firma, pueda presumir de tener dos tiendas en Barcelona -la última la abrió el pasado mes de diciembre-, una en Madrid, en el emblemático callejón de Jorge Juan, y otra en Palma, su casa, su tierra.

Es difícil imaginar que de un cuerpo de apariencia tan frágil pueda brotar tanta pasión, la que transmite al explicar cada una de sus prendas. Pide que la toques, la sientas y la imagines. "Una mujer ha de sentirse guapa y favorecida con lo que lleve puesto. Y eso se empieza a transmitir desde el mismo probador. No se trata de vender en masa. El trato personalizado es esencial, básico". Por eso es ella misma la que enumera cada una de las virtudes de su colección de novias, su nuevo capricho que ayer presentó. Enseña las costuras de los vestidos, se centra en la pedrería de un bolero, cuenta cómo se emplearon cinco días en confeccionar con 40 metros de tul de seda una falda de rizo, cómo el interior es más importante que el exterior: "Es lo que va a estar en contacto con la piel" y cómo elige cada una de las telas. Todas vienen de Francia, Italia, España, todas son de máxima calidad. Y, recalca, "fabrico en Barcelona, no me voy fuera.

Un paseo por Cortana, con Rosa Esteva, obliga a hablar de elegancia, de lujo, de alta costura. "La elegancia es una actitud, como la belleza. Hay quienes tienen mucho y parece que van vestidas de mercadillo". Y llegamos a Letizia, doña Letizia. "A mí me gustaría ´cortanizarla´ un poco". Mientras la princesa se decide, otros rostros ilustres ya han apostado por la mallorquina. La actriz Carme Elías recogió el pasado año un Goya con uno de sus diseños. Y este año habrá más. "Ya estamos trabajando en algunos de los encargos". No da nombres pero apunta a que una de las mujeres aspira a premio. Adivinen.