El ocio es una parte fundamental en la educación de jóvenes y niños. Participar en actividades lúdicas educativas y saludables incide en un buen desarrollo. Sin embargo, no todos los niños tienen acceso a este tipo de ocio. Es lo que ocurre con muchos chicos que residen en los centros de menores gestionados por Amés. Esta organización cuenta con dos hogares en los que viven adolescentes de entre 13 y 17 años. Por razones ajenas a ellos –negligencia de los padres, falta de habilidades parentales– han sido separados de su familia. Algunos de forma temporal, otros definitivamente. Todos llegan a Itaca y Alborada, las dos casas de Amés, derivados por el Institut Mallorquí de Afers Socials, IMAS.

Aventura y naturaleza

"Todo comenzó a raíz de un viaje a Alemania", explican Alessandra Fernández, coordinadora del centro Alborada, y Pilar Díaz coordinadora del área menores de Amés. Durante ese viaje se llevaron a cabo actividades de aventura y deportes en la naturaleza. Los chicos respondieron con entusiasmo y a los responsables de Amés se les ocurrió alargar la experiencia al resto del año. ¿Cómo? Saliendo los fines de semana, realizando excursiones por la isla y contratando actividades de aventura.

Así surgió el proyecto ´Nos formamos, nos integramos´ con el que se persiguen varios objetivos. De un lado, que los jóvenes tengan acceso a un ocio saludable y que sepan gestionar su tiempo libre. De otro, que conozcan el entorno natural y sus valores culturales; se busca la socialización y la integración. "La mayoría no han tenido acceso a un buen ocio", comentan las responsables. Casi ninguno había disfrutado durante su infancia de una salida de fin de semana al campo o la montaña. Los jóvenes han respondido positivamente. Además, explica Alessandra Fernández, estas actividades constituyen una posible salida laboral.

Equitación, senderismo, piragüismo, kayak... son algunas de las actividades que han realizado hasta el momento. Les acompaña un educador del centro y monitores especializados en este tipo de deportes. Los beneficios son muchos: desafían sus miedos, aprenden a vencer dificultades y a resolver conflictos. Por otra parte, las educadoras comentan que se refuerzan los valores de la solidaridad y el compañerismo, el esfuerzo y la superación. "Todo esto es a largo plazo", dice Alessandra, "aunque trabajamos continuamente para que tengan una visión más amplia".

Dados los buenos resultados de este proyecto, que cuenta con el apoyo de la Obra Social de Sa Nostra, las responsables se han planteado llevarlo a la práctica durante los meses de verano. No hay en ese periodo vacacional actividades extraescolares para chicos de entre 15 y 17 años. Sin embargo, esto es sólo un plan ya que la entidad aún no cuenta con financiación para ponerlo en marcha. "Cualquier mejora que queramos hacer nos cuesta mucho sacarla del presupuesto y dependemos de las subvenciones", comentan.

Formación y protección

Amés es una entidad que trabaja en distintos ámbitos. La labor con menores es uno de ellos, pero también organiza cursos de formación y lleva a cabo actividades de tiempo libre. Además de las casas Itaca y Alborada donde acogen a los chicos en guarda o tutela por parte del IMAS, la entidad gestiona otro hogar, Norai, en el que residen menores inmigrantes que han llegado solos a España.