Se aproxima la quinta y penúltima cita de una incontestable y generosa

XV Temporada de Ballet de Mallorca. Desde San Petersburgo, el próximo 16 de octubre, arribará el Eifman Ballet Theater, grupo acreditado como "la mejor compañía de ballet de Rusia" de la actualidad. Para la ocasión, sobre las tablas del Auditòrium, su particular acercamiento a la poética y capital Eugenio Onegin, el clásico de la literatura rusa que Aleksandr Pushkin dejó escrito por entregas entre 1823 y 1831.

Inaugurada en marzo de 2009, en el Teatro Alexandrisky, la coreografía trazada por la independiente y genuina mente de Boris Eifman fue tildada como uno de los acontecimientos culturales de su año; como ya sucediera cuatro temporadas antes, estrenada entonces Anna Karenina, una pieza con la que recogieron aplausos por todo el mundo. Onegin, prometen ellos, respeta la poética y filosofía versada por Pushkin en su obra, apodada la "enciclopedia de la vida rusa", a la postre una reflexión sobre el amor, la época en la que fue escrita, los héroes literarios y las conexiones que pueden llegar a establecerse entre la vida real y la ficción, entre las personas y el arte.

Una "poderosa experiencia emocional". Así se ha descrito lo que los sesenta bailarines del ballet de San Petersburgo logran sobre el escenario con su revisión de Onegin. Y no podía ser de otra manera con la figura de Boris Eifman detrás de todo, un coreógrafo y director convencido de que los movimientos y la estética gestual de la danza deben obedecer, de un modo innegociable, a la emociones y a los sentimientos. "Todo reside en la estética, pero la belleza formal del gesto no es el fin en sí mismo. No significa que la calidad plástica de la coreografía sea menos importante que encontrar una cierta intensidad dramática. Pero la belleza no se puede entender como una noción abstracta", ha defendido y abanderado siempre el genio ruso.

Si de algo puede presumir el Eifman Ballet Theater es de moldear un estilo propio. Y ya desde 1977, año de una fundación que obedecía a la necesidad que tenía un creativo Boris Eifman de romper con las estrictas reglas que regían el academicismo ruso. Desde entonces, a su compañía se la ha asociado siempre con el experimento escénico. Con su capacidad para interpretar de manera muy audaz las obras más clásicas. Y, sobre todo, por la renovación y enriquecimiento constante (de las formas y el fondo) al que someten a un ballet contemporáneo del que no siguen las modas, y en el que sí marcan tendencia.

Iluminación y música tiene una especial importancia en Onegin, dos aspectos capitales para conseguir que realidad y fantasía –como también trabajó Pushkin en su novela– terminen fundiéndose y confundiéndose en un mismo plano. En el diseño del juego de luces ha participado un omnipresente Eifman, mientras que la ´banda sonora´ recoge y alterna notas clásicas de Peter Tchaikovsky y rockeras de Sitkovetsky.

La cercana visita a Palma del Eifman Ballet Theater confirma que la XV Temporada de Ballet está llegando a su fin. Lejos queda ya su inolvidable presentación a los medios, el pasado mes de abril, un acto muy emotivo que tuvo a Sara Baras –la primera del programa– como protagonista. La última y exclusiva entrega del certamen, fechada el 20 de noviembre, permitirá a los aficionados disfrutar de las coreografías de Martin Schapfer, danzadas por el Ballet de la Ópera de Dusseldorf, una compañía que se dejará acompañar por nuestra Orquestra Simfònica de Balears.