Nicolas Sarkozy y Carla Bruni visitaron ayer la Cueva de Lascaux en medio de una gran expectación. La caverna está cerrada desde hace varios años para visitas al público debido a un problema con hongos en la pintura rupestre descubierta hace siete décadas. "Tuvimos la impresión de entrar a una catedral. Saber que los hombres podían expresas sus sentimientos de esa manera hace 18.000 años es algo muy conmovedor", dijo el presidente francés.