Al joven Salvador Dalí le gustaba pintar lo que veía, era un voyeur que plasmaba en sus cuadros lo que le rodeaba. La Fundación Gala-Salvador Dalí acaba de adquirir para su museo una de estas obras, Les fires de Figueres, un pequeño cuadro comprado a un coleccionista particular. Se trata de una pintura al temple sobre cartón de 26,3 por 65,6 centímetros que fue utilizada como imagen de un programa de mano de las ferias de la Santa Creu de Figueres. Pertenecía a un coleccionista catalán -cuyo nombre no ha sido desvelado-, aunque la obra, perteneciente a la época más ampurdanesa del pintor, estaba cedida al museo desde 1992. Foto: EFE