Nada hacia presagiar que los Príncipes de Asturias fueran a celebrar su sexto aniversario de boda en la isla. De hecho, las informaciones con las que contaban los medios encargados de seguir a la pareja real situaban a don Felipe y doña Letizia en Zarzuela, donde, decían, iban a organizar una velada íntima. Pero todo cambió en el momento en el que se supo que la Princesa había aterrizado en la isla junto a sus hijas, las pequeñas Leonor y Sofía el pasado viernes. Un día después, ayer, llegaba el Príncipe, y con él el rumor: estaban invitados a la boda de un amigo de Universidad del Heredero. ¿El lugar? Un auténtico misterio que se convirtió en un via crucis con punto de salida y llegada en la iglesia de Montesión de Palma.

Al tratarse de un viaje privado, desde Casa Real no se daba ningún tipo de información; eso sí, se pudo saber que no sólo estaban en Mallorca los Príncipes de Asturias y las Infantas, sino que también disfrutaban del buen tiempo balear la Reina y los hijos de la duquesa de Lugo, Froilán y Victoria.

Así que, con los datos, muchos reporteros gráficos se buscaron un buen sitio delante de las puertas del Palacio de Marivent para vigilar movimientos. No hubo muchos cerca de Porto Pi, pero sí en en el casco antiguo de Ciutat.

Las primeras pistas apuntaban a una boda que habría de celebrarse a las seis en Montesión. Pero, tras una larga espera y varias llamadas de teléfonos, la atención se desplazó hasta la iglesia de Sant Jaume donde se anunciaba el enlace entre un extranjero –se hablaba de un tal Ferguson– y una mallorquina. Carreras, sms y una calma tensa para obtener una nueva decepción.

Entre tanto, los más avispados, decidían por su cuenta visitar otros templos: Sant Francesc, Santa Eulàlia, Sant Miquel... de nuevo, nada reseñable. De repente, un giro inesperado: Podría ser Montesión pero el monasterio, el de Porreres. Hubo quién optó por coger el coche y conducir alrededor de 30 minutos para, aparentemente, de nuevo no hallar nada.

Cambio de hora: Se confirma que en la iglesia Montesión de Palma hay enlace, a las siete. Un tal Carlos y una tal Lola iban a darse el sí quiero. ¿Serían ellos los amigos de don Felipe? "No somos tan importantes", comentó entre risas la madre de la novia ante la expectación mediática.

Finalmente, y con la sensación de saber que, probablemente, los Príncipes estarían tranquilos en Son Vent, los periodistas decidieron acabar su jornada en la boda de Nuria Fergó, donde ya se lanzaba el arroz. Era lo único seguro del día.