La Almudaina se vistió ayer de gala para celebrar uno de los grandes acontecimientos de la primavera. Una boda de postín, de esas que bien merece una exclusiva del ¡Hola! y que la tendrá, por supuesto. De hecho, en el patio interior, acceso permitido solo a los invitados y a los reporteros de la susodicha publicación aunque, gracias a la complicidad de familiares y amigos el enlace no fue tan secreto. Nuria Fergó cumplió uno de sus sueños al darle el ´sí quiero´ a su novio, el empresario mallorquín José Manuel Maíz. Una ceremonia emotiva, llena de anécdotas y que reunió en la isla a algunos de los rostros de la música más populares.

Como si de la academia de Operación Triunfo se tratase –esa escuela de la que hace ahora nueve años salió la artista malagueña– llegaron con casi media hora antes del horario previsto algunas de sus amigas de más renombre: Gisela, Rosa y Chenoa, feliz, esta última, de estar en casa. "Es ella la protagonista", respondía la mallorquina a los medios, empeñados en conocer cómo avanza su relación con David de María. "No ha podido venir porque tenía trabajo", fue lo único que alcanzó a decir. Mucho más risueña una radiante Gisela, vestida de Pepe Botella y con bolso de Bimba & Lola. "Me ha dicho que está nerviosa.Imagino que como todas las novias en su día". Rosa, más delgada de lo habitual, repetía una y otra vez: "Se nos casa la Fergó. ¡Qué ilusión!".

Y tras las alumnas, el profesor. Àngel Llàcer, con una llamativa corbata y cordones amarillo chillón, propuso banda sonora al momento que iba a vivir una de sus "niñas". "¿Sabes aquella canción de West Side Story? ¿I feel pretty? Es la mejor para definir el día", contó a este periódico.

Por la alfombra roja, y algo tímidos, desfilaban con prisa los familiares de la novia llegados desde Nerja. Mucho más fugaces en su paso, los de él, procedentes de Córdoba. Rocío, la hermana de Maíz, comentaba antes de entrar a la capilla de Santa Ana. "He visto al novio muy tranquilo pero supongo que la procesión va por dentro".

Antes de la siguiente sorpresa famosa de la tarde, personajes más autóctonos: Catalina Cirer con sus dos hijas mayores, Cristina Cerdó y el director de C&A, Antonio Vázquez, entre otros. En este punto, la primera anécdota. El párroco que debía casar a los novios no llegaba. Los nervios no duraron mucho pues Toni Pons, vicario de Sant Jaume había entrado en L´Almudaina casi de puntillas. Eso sí, la ex-alcaldesa de Palma ya tenía móvil en mano dispuesta a llamarlo.

Diana Navarro, vestida por el malagueño Carlos Cobo, arrancó muchos aplausos entre los presentes. Y es que, a pesar del ligero y frío viento que corría a esa hora, el público aguantó expectante hasta la llegada de la novia. "Lo único que deseo a la pareja es que se entienda y que sea feliz. Se nota que están enamorados", comentó antes de entrar en el palacio. También radiantes, felices e ilusionados, la ex Miss España Lorena Bernal y el futbolista Mikel Arteta. A punto también de pasar por la vicaría, la pareja, padre de un niño de un año, estaba dispuesta a tomar nota para ´copiar´ algún detalle. "No es lo mismo venir de invitados que de novios. Así que hoy, al menos, lo viviremos todo un poco más tranquilos", dijo la modelo y presentadora que no quiso confirmar en qué lugar de la isla se casará el próximo 17 de julio.

José Manuel Maíz llegó diez minutos antes de las seis de la tarde del brazo de su "nerviosísima" madre y madrina, Soledad Chacón. Vestido con traje de Jarvier Arnaiz negro, con chaleco y camisa cruda, el empresario esperaba inquieto encontrarse a una Nuria "preciosa". No defraudó la protagonista. Vestida con un diseño de Pronovias y junto a su padre, José Fernández, la cantante se retrasó diez minutos como manda el protocolo. Feliz, emocionada y con prisas saludó la malagueña antes de su gran momento. En el interior le aguardaban muchas alegrías y alguna que otra lágrima, sobre todo, cuando Diana Navarro cantó la Salve Rociera y Chenoa, Gisela y Rosa le hicieron los coros.

A la salida, ya marido y mujer, sólo palabras de agradecimientos, brindis con champán dulce y besos. La fiesta aguardaba en Els Calderers.