Mientras media España discute sobre el futuro de la lidia, el Govern balear ha decidido sumarse al debate y ponerle coto a una fiesta considerada por los aficionados seña de identidad del país, endureciendo el control de estos espectáculos y poniendo en peligro la actividad en algunos cosos históricos de la isla, como el de Muro, que ve peligrar su tradicional cita de Sant Joan.

Sin contar Felanitx, que desde el año pasado ya forma parte de la historia de la tauromaquia mallorquina, cuatro son las plazas en las que se celebran festejos durante el verano: Alcúdia, Palma, Inca y Muro, aunque éstas dos últimas han encontrado un importante obstáculo que podría impedir que los toros tengan su protagonismo en este estío: el Ejecutivo balear. Desde la conselleria de Interior se reconoce que "durante años han sido muy permisivos" con los festejos, otorgándose permisos especiales que en esta ocasión no se firmarán, ya que se apuesta por un mayor control sobre la seguridad de unos edificios que en la mayoría de los casos se acercan a los cien años de historia, de ahí que no sea fácil adaptarlos a las normativas actuales.

A pocos meses para que suenen los primeros pasodobles, únicamente Alcúdia y Palma cuentan con la pertinente licencia de actividades que concede la conselleria de Interior. Muro e Inca las están tramitando, pero todavía no han recibido la aprobación definitiva, con el consiguiente retraso en la confección de los carteles. A la de Inca le falta asimismo un permiso de Sanidad.

Desde el ayuntamiento de Muro, propietario de la plaza de toros local desde el pasado mes de febrero, cuando adquirió la Monumental por un total de 450.000 euros, aclaran que la intención es adaptarse a la normativa, pero lamentan que "con plazos tan cortos va a ser imposible ver toros este verano", asegura Pau Capó, concejal de Fiestas en el consistorio. La Monumental deberá acometer obras en el desolladero, aseos y una galería, intervenciones que tienen un coste muy elevado y no son asumibles en un año. "Todo estos problemas nos han obligado a frenar la confección del cartel, no ha habido otro remedio que aparcarlo", afirma Capó, quien reconoce que la licencia podría llegar "en 2011".

La "presión" que ejerce el Govern sobre las plazas preocupa a los seguidores de los toros. El presidente de la Federación Taurina Balear, Antonio Gutiérrez, se mostró ayer sorprendido por las acciones del Ejecutivo y animó a todos los aficionados a "luchar para que la plaza de Muro, un coso muy singular, siga teniendo vida".

"No se concibe Muro sin corridas. Después de lo de Felanitx, sería una pena que nos quedáramos sin toros también en Muro", agregó Gutiérrez, quien quiso remarcar que situaciones como las que se viven en Cataluña, cada vez más cerca de prohibir los toros, "hacen mucho daño".

"Los empresarios tienen miedo a que no acuda gente a las corridas en una isla en la que hace tiempo que no se promocionan los festejos como se debería", sostiene Gutiérrez.

La plaza de Alcúdia merece un capítulo aparte. Cuenta con todos los permisos obligatorios, pero la empresa que durante los últimos cuatro años la ha explotado, Alcúdia Taurina, desconoce si seguirá ejerciendo como tal. El ayuntamiento tendría que haber sacado a concurso la gestión de la plaza el pasado mes de diciembre, pero aún no lo ha hecho. El próximo 25 de julio tendrá lugar en Alcúdia el primer festejo.