Después de dos semanas de celebraciones, iniciadas el pasado 14 de febrero con la irrupción del año del Tigre, el Festival de la Linterna conmemora la primera Luna llena del año tradicional chino y cierra las fiestas.

Este año, si la meteorología lo permite, se contemplará una luna todavía mayor, coincidiendo con el perigeo. "La luna llena del domingo se apreciará con un tamaño un diez por ciento mayor que el normal", explicó Wang Sichao, del Observatorio de la ciudad oriental de Nankín, perteneciente a la Academia China de las Ciencias.

La festividad, que siempre coincide con el decimoquinto día del Año Nuevo chino, recibe su nombre por los millones de farolas rojas con la forma de animales mitológicos y del horóscopo -con abundancia de tigres, por ser este su año- de los cuales cuelgan adivinanzas de cuatro caracteres y que esta noche iluminan todo el gigante asiático.

La capital china se engalanó y enclaves históricos como la calle comercial Qianmen y el lago Houhai lucieron repletos de farolillos y con los tradicionales fuegos artificiales retumbando, menos que en años anteriores por la crisis y por limitaciones gubernamentales tras el incendio de un rascacielos en 2009, aunque todavía suficientes para ahuyentar a los malos espíritus.

Festejo de origen milenario

El Festival de la Linterna es un festejo de origen milenario, en la dinastía Han (206 AC-220), cuando fue creado para recordar la victoria militar de un emperador de esa dinastía, Wen Di, tras lograr sofocar una rebelión de la emperatriz Lu, mujer del anterior monarca.

Antiguamente, además, señalaba el día de los Enamorados en China, con las parejas paseando juntas por la calle portando cintas de tela del mismo color para simbolizar su amor.

De este modo, las familias chinas se volvieron a reunir otra vez para degustar los tradicionales "tangyuan" y "yuanxiao", unas consistentes bolas de arroz rellenas de dulces. "Muchas familias reservan grandes meses para la celebración, los salones privados están al completo", explicó Guo Hong, gerente del histórico restaurante Quanjude, en el centro de Pekín y con más de siglo y medio de historia.

El musical 'Road to Revival' cierra el festival

El musical "Road to Revival", una gran producción teatral que resume los últimos 169 años de historia de China, fue el evento más destacado del Festival de la Linterna, que marca el final de las fiestas del Año Nuevo Lunar.

La obra, con inconfundible sabor épico, se estrenó en el Centro Nacional de Artes Escénicas de Pekín, conocido popularmente como "El Huevo", con gran éxito de crítica y con todas las entradas vendidas.

Más de 3.000 actores participan en la representación, que, mediante un enorme despliegue de luces, medios y banda sonora, repasa los acontecimientos vividos en China desde las Guerras del Opio, en 1840, pasando por la revolución de 1911, la invasión japonesa (1937-1945), el ascenso comunista y hasta los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

El espectáculo está dirigido por Zhang Jigang, coreógrafo chino de fama mundial y mano derecha del director Zhang Yimou en la aclamada ceremonia inaugural de los Juegos de Pekín.

"Se trata de una obra para todo el pueblo chino", explicó Zhang, quien remarcó el carácter local de "Road to Revival", lo que impide, dijo, representar la función en cualquier otro país.

El coreógrafo también señaló el esfuerzo que supuso sintetizar más de un siglo y medio de historia en apenas tres horas, pero se felicitó por la coincidencia de que la primera función fuese programada en una jornada tan especial como hoy.