En 1910 y a sus 26 años, Gaspar Jaume destinó parte de su sueldo a hacerse suscriptor de El Correo de Mallorca. Ya casado, aficionó a la lectura del periódico a su mujer y sus siete hijos. Junto a ellos vivió los dos cambios de cabecera: primero llegó La Almudaina y después el nombre actual de DIARIO de MALLORCA.

Siempre fiel a las noticias deportivas, sus familiares recuerdan que era un gran aficionado al trote, en su finca disponía de varios caballos.

Hasta el último día de su vida, Gaspar Jaume se mantuvo al corriente de la actualidad gracias a este periódico.