La ampliación de la Fundació Pilar i Joan Miró encargada el verano de 2007 a Rafael Moneo, quien ya proyectara en 1992 el actual edificio del museo, continúa en el limbo. Pese a ello, el centro artístico emprende en las instalaciones actuales un grueso de reformas valoradas en 400.000 euros, cantidad que procederá del presupuesto global de 2,4 millones de euros que el espacio manejará este 2010.

Los trabajos, puestos en marcha el pasado jueves, han comenzado por la cubierta del edificio Moneo. Desde allí, se sanearán e impermeabilizarán las canaletas y las gárgolas que permiten la salida de agua desde el tejado. A la fachada, ennegrecida, se le aplicará también un tratamiento antimoho.

Una de las mejoras primordiales prevista en la reforma, que durará inicialmente cinco meses, es la que eliminará los problemas de filtraciones que padecía la planta subterránea de la Fundació. "Cuando llueve en esta zona elevada e inclinada de la ciudad, el agua tiende a bajar hacia la costa y el museo se cruza en su camino. Lo que nos supone un grave problema. Para erradicarlo se va a construir una doble pared en el sótano y se va a impermeabilizar. También se habilitará un canal que conducirá el agua a un pozo. Luego un motor extractor la sacará hacia fuera", detalló la concejal de Cultura Nanda Ramon, también presidenta de la comisión de gobierno del centro artístico.

El estanque que mira a la cafetería también se impermeabilizará y saneará. Se repararán las grietas y se colocará un nuevo pavimento. En la parte trasera del edificio, se oculta una pequeña terraza que mira al Camí de Can Estada. "Este espacio también se aprovechará. Colocaremos plantas, unos banquitos y una escalera de acceso. Nuestra intención es que en este agradable rincón se pueda exponer obra del Premio Pilar Juncosa", informó Magdalena Aguiló, directora del museo.

Otra rehabilitación y modificación "muy necesaria" en la Fundació es la que se ejecutará en la entrada posterior al centro, por Can Estada. "Aquí los camiones que traen piezas no caben. Se colocará una puerta corredera y se tirará abajo un trozo de pared para hacer la entrada más ancha. Esto está exactamente igual desde que inauguramos la Fundació en 1992", apunta Aguiló.

Nada más entrar en el centro, llama la atención el desnivel del suelo. Las baldosas del corredor, que han cedido, se repondrán. El pavimento del porche que da acceso al edificio tendrá que levantarse entero e impermeabilizarse, ya que el actual causa filtraciones de agua en el interior, en concreto en el Espai Estrella.

Estas dos últimas intervenciones obligarán a que la Fundació cierre por dos semanas sus puertas, exactamente entre el 6 y el 21 de abril. El museo volverá a la actividad habitual con la exposición del colectivo Democracia.

En la zona de los talleres de Miró, se conectará Son Boter a los servicios de electricidad y telefonía del edificio Moneo. Y se impermeabilizará una terraza del taller Sert. En el aparcamiento, se prevé la instalación de un sistema de control automatizado para evitar el intrusismo, puesto que ahora puede aparcar cualquiera.

En el Espai Estrella, se repasará el pavimento en mal estado de algunos rincones. La escalera para acceder a la cafetería, la de Son Boter y el resto de intervenciones para cumplir la normativa de accesibilidad a la construcción ya se llevaron a cabo el año pasado.

El proyecto de rehabilitación lo dirige Rafel Balaguer, quien ya colaboró con Moneo cuando se inauguró en los noventa su edificio. "Es uno de los que conoce mejor las entrañas del centro", refirió Aguiló.

Ramon recordó que ´la Miró´ trabaja en estos momentos para rentabilizar al máximo los espacios y que por ello se ha creado una subcomisión que está reflexionando sobre todo el mapa de necesidades del museo. Un mapa que podría ser presentado y aprobado en la reunión de Patronato que se celebrará en abril, cuando la Fundació esté cerrada por obras.