La comisión insular de Patrimonio aprobó ayer la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de monumento de la iglesia y el monasterio de la Puríssima Concepció de Palma, a la espera de que el pleno del Consell de Mallorca ratifique esa máxima protección patrimonial.

Según el informe realizado por la dirección general de Patrimonio, el monasterio y la iglesia de las Caputxines, nombre con el que se conoce popularmente, así como todos sus bienes, reunidos sobre todo durante el siglo XVIII, su época de mayor actividad, conforman un conjunto patrimonial unitario.

La edificación del monasterio, entre los años 1668 y 1720, supuso la configuración definitiva del entorno urbano del extremo oriental del barrio palmesano de Sant Jaume. Recientes investigaciones en el archivo conventual atribuyen al ingeniero Martín Gil de Gaynza y Etxagüe el diseño de la iglesia y el monasterio. Había llegado a Palma procedente de Navarra en el último cuarto del siglo XVII para trabajar en las murallas de Palma.

La remodelación del monasterio arrancó en el año 1996 con la apertura al público de la colección de belenes. De manera progresiva, las salas de la planta baja del convento se fueron remodelando y habilitando para su visita museográfica. En los setenta, ya se había reformado por completo la primera planta del edificio, donde las religiosas tienen sus dependencias personales.

Sin embargo, el edificio hace aguas por la cubierta. Los tejados se encuentran en muy mal estado y las filtraciones podrían causar el deterioro de lo que se conserva bien. La obra, que ya cuenta con un proyecto redactado por el arquitecto Josep Ferragut, costaría un millón de euros.