¿Cómo murió Pere II, llamado El Gran? ¿Son auténticos los restos de su padre, Jaume I, conquistador de Mallorca, enterrados en Poblet? El hallazgo, dado a conocer ayer por el conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya, Joan Manel Tresserras, de la momia de Pere II de Cataluña, III de Aragón, I de Sicilia y I de Valencia, ha evidenciado que el mausoleo ubicado en el monasterio de Santes Creus en Tarragona es la única tumba real de la corona catalano-aragonesa que no ha sido profanada. De ahí que pueda aportar datos inéditos sobre Pere II El Gran.

A través de una endoscopia, el sarcófago del rey ha salido a la luz mostrando restos orgánicos en su interior, con lo que se han certificado las fuentes que aseguraban que los restos humanos no habían sido expoliados. Estos vestigios aparecen cubiertos por un tejido, salvo el cráneo o posible casco que apenas es perceptible a través de las imágenes tomadas con esta técnica.

Los expertos señalaron ayer que todo apunta a que estamos ante un enterramiento secundario intacto. Pere II fue enterrado primero en 1285 en un lugar indederminado, cercano al altar, y después fue trasladado, entre 1302 y 1303, a la tumba que ahora es objeto de estudio.

De hecho, estos detalles son resultado de un trabajo complejo y amplio de restauración de las tumbas reales, impulsado por el Museu d´Història de Catalunya, con motivo del 850 aniversario del monasterio de Santes Creus, que se celebrará el próximo año.

Setecientos años encerrados sin mácula son contemplados por los científicos e historiadores como una oportunidad única para descifrar enigmas.

Una vez que se proceda a abrir la tumba de Pere II –aún se ha de evaluar la conveniencia, el cuándo y el cómo–, se podrá analizar el ADN, sus características físicas, conocer qué enfermedades tuvo el monarca, la causa de su muerte y cuál era su dieta alimentaria.

Asimismo, la búsqueda directa sobre los restos del cuerpo del monarca permitirán reconstruir su rostro y analizar su ADN y el de los microorganismos y parásitos que puedan encontrarse en la tumba.

El hallazgo es generoso y se ramifica. Los resultados del estudio del ADN podrán abrir la puerta a una futura búsqueda del conjunto de los panteones reales de los monarcas de la Corona de Aragón. La historia contaría con la cadena genética de una de las familias más importantes en la historia moderna de España.

Las pistas del hijo hablarán del padre. A partir del ADN de Pere II se podrá establecer si los cráneos y otros restos óseos encontrados en la tumba de Jaume I en el monasterio de Poblet corresponden al conquistador de Mallorca.

Resultarían clarificados, asimismo, detalles sobre la tumba de Santes Creus, cuya dispersión de restos óseos no permite distinguir si son de Jaume II –hijo de Pere El Gran– o de su esposa Blanca d´Anjou, o de otros individuos. Clarificados estos detalles, se podrá despejar la incógnita de si los restos de Alfonso III, conservados en la tumba de la Seu Vella de Lleida, corresponden efectivamente al hijo de Jaume II o no.

Como era habitual, la práctica del saqueo de tumbas no pasó de largo por los enterramientos de los miembros de la corona. Los ladrones buscaban posibles tesoros con los que los reyes y sus descendientes se creía que iban al más allá. A excepción del panteón de Pere El Gran, el resto de sepulturas reales fueron saqueadas en el siglo XIX.

Un altre Alexandre (Magne) fóra estat al món, si hagués viscut deu anys més, escribió Ramon Muntaner sobre Pere II de Cataluña. El monarca, que dispuso en su testamento ser enterrado de "manera decente y honorífica" en el monasterio de Santes Creus, fue una figura capital en la expansión de la Corona de Aragón. Siendo rey de Cataluña, Aragón y Valencia, conquistó Sicilia en pugna contra los franceses y el Papa.

Hijo de Jaume I el Conquistador y de Violant d´Hongria, nació en 1240. A los tres años, ya estaba llamado a suceder al padre. Contaba trece años cuando empezó a usar el título de heredero de Cataluña. Recibió del Conquistador Cataluña, Aragón y Valencia. A su hermano Jaume se le entregó el Reino de Mallorca, Montpellier y los condados de la Cerdanya, del Rosselló, Conflent, Colliure y la baronía de Carladès y Omelades, pero el pacto de igualdad establecido por Jaume I en su sucesión nunca fue aceptado de buen grado por Pere el Gran. No estaba dispuesto a permitir que su hermano gobernara un territorio que necesitaba para su expansión.

Sus habilidades de estratega no hicieron mella en sus aficiones literarias. El rey Pere II fue un gran aficionado a las letras y se distinguió por saber trovar. Prueba de ello fue su réplica a los versos de Pere Salvatge, continuados por el trovador áulico Bernat d´Auriac.