Si con El guardián de la flor de loto, Andrés Pascual se erigía en uno de los escritores noveles más leídos del 2008 –actualmente ya va por los 102.000 ejemplares vendidos–, con El compositor de tormentas renueva su confianza en el respaldo del lector. De hecho, quedó finalista del Premio Ciudad de Torrevieja.

En su segunda novela, ayer firmó ejemplares en El Corte Inglés de Palma, "el motor" de la trama es la música. Pascual fue durante años músico, a los siete años tocaba el piano, formó su banda de rock, 14 de septiembre, en los 90, ahora aplica su dominio del ritmo, tono, melodía a la escritura. Para sellar una novela "de aventuras al estilo clásico".

El protagonista, Matthieu Gilbert, un violinista que anhela formar parte de la orquesta del Rey Sol, es un remedo de "un personaje romántico" –de nuevo Pascual acude al movimiento estético porque considera que ofrece "más magia y fantasía que el momento actual"– al estilo Dumas, sólo que "a ritmo contemporáneo".

El escritor confiesa que la búsqueda histórica de la época de Luis XIV "ha sido lo más difícil". Subyugado por "las contradicciones del Rey Sol", su perfil cuadraba para transmitir el mensaje: "Podía haber cambiado el mundo, pero se dejó llevar por las pasiones más mundanas. Quiero creer que al final se arrepintió".

Abogado de profesión, que no abandona sino que comparte con la escritura, Andrés Pascual confiesa que empezó a escribir "para dar salida a mi vena creativa, que por suerte o desgracia padezco, y que decepcionado por cómo me iba en la música, opté por la escritura". Fraguó su exitosa El guardián de la flor de loto. "Me refugié en la literatura para huir de la composición musical. Ahora soy muy feliz y espero que ninguna mala canción me enturbie este momento".

Del Tíbet a Versalles y de ahí a Madagascar. "Los viajes son motores para mí", apunta un viajero incansable desde que tenía uso de razón. "Madagascar fue un regalo de la historia. Necesitaba un cofre para la partitura y quería localizarla en una isla casi inexplorada. Madagascar se ajustaba, y resulta que el Rey Sol tuvo un proyecto de colonia ahí", relata el escritor de Logroño.

Escrita en tercera persona, no faltan ni la intriga ni el "tono" necesarios para captar al lector, además Pascual ha intentado "volcar la poesía de la música" en ella. Asegura que su segunda incursión literaria "es más autobiográfica". Así lo explica: "Matthieu tiene 20 años y está cegado por triunfar en la vida. Yo, a su edad, quería triunfar a toda costa como músico. Luego la vida te pone en tu sitio".

De su abuelo Andrés, autor de los tratados de ortografía Mis dictados, ha heredado su esmero en pulir: "Soy muy perfeccionista, intento limpiar los párrafos porque lo esencial es lo que vale. Busco la partitura del alma de la novela. Las palabras chirriantes no hacen más que tapar la música de la escritura", subraya.