Un público entregado desde los primeros acordes de "Tiramisú de Limón", con la que arrancó su gira este viernes en Salamanca, se rindió este sábado al mejor Sabina en un concierto en el que el jienense ha cautivado con temas nuevos y de anteriores discos.

Con diez minutos de retraso sobre el horario previsto Joaquín Sabina iniciaba su "Vinagre y Rosas" terminando con estos cuatro años de silencio creativo.

Dedicando el concierto, y en especial la canción "Cristales de Bohemia" del nuevo trabajo, a su amigo y compañero, Benjamín Prado, el cantante ha vuelto a reencontrase con incondicionales de todas las edades.

Dos horas para una actuación que fue acelerando el pulso de los asistentes, para lograr el cenit con algunas de sus canciones más conocidas como "Princesa" y continuar con el tema que da título a este trabajo y gira: "Vinagre y Rosas".

Una vez pasado el corredor de la muerte, lugar en el que según Sabina se siente antes de comenzar una gira, la inconfundible voz ronca y rasgada del cantautor ha conseguido en pocos minutos hilar con sus seguidores en el Pabellón Multiusos de la capital salmantina.

Adolescentes entregados a un músico peculiar, jóvenes que han crecido al son de sus composiciones más canallas y maduros que han buscado la complicidad de un coetáneo, todos al unísono entonando sus canciones.

Con buen sonido y recuperando aquella voz de sus mejores trabajos, el cantautor se ha paseado a gusto por un austero escenario, en el que ha dejado hueco a temas de Fito Paez o boleros populares.

Sabina ha arrancado así su "Vinagre y Rosas", la última gira en grandes espacios del compositor que le llevará a más de un centenar de escenarios de España e Iberoamérica.

El concierto de Salamanca ha sido diferente a los demás de la gira, no sólo por ser el primero, sino porque la mayor parte de los asistentes desconocían las canciones de éste último disco, lo que ha aprovechado el genio de Úbeda para cantar solo, "que es un lujo", ha asegurado.

Sabina se ha fundido en un escenario sobrio y sin grandes algaradas donde las protagonistas principales han sido sus canciones y su particular forma de conectar y transmitir al público el trasfondo de las composiciones de este poeta de la calle.

El "lado chulo"

"Vinagre y Rosas", un disco extenso de 14 temas, supone en regreso del cantante tras un silencio que duraba ya cuatro años tras "Alivio de Luto".

Ahora, el cantautor regresa con un disco en el que ha colaborado con los madrileños "Pereza" buscando el "lado chulo y roquero de barrio" del grupo.

De no ser por esta colaboración, Sabina ha confesado que le habría salido un trabajo "tristón y literariamente denso".

Tras agotar las primeras entradas del concierto en cinco horas, el equipo de Sabina decidió programar una nueva cita en Salamanca, que tendrá lugar el sábado en el mismo horario.