A día de hoy se siguen rastreando las huellas que Antoni Gaudí dejó en la isla. La última, el boceto que el arquitecto catalán habría trazado del primer misterio o monolito que conforma la vía monumental del Rosari de Lluc, que cumple cien años.

El hallazgo acaba de publicarse en El Pujol dels Misteris (Documenta Balear, Associació d´Antics Blavets y Consell de Mallorca), volumen escrito por Bartomeu Pericàs, padre e investigador del santuario de Lluc. La obra se presenta el domingo 22, a las 12 horas, en la sala de la Santa Figura del monasterio del pueblo. En el museo, se inaugurará una muestra sobre la misma temática.

El dibujo en cuestión, de trazo gaudiano, apareció en el archivo del arquitecto diocesano Guillem Reynés Font, heredado por su nieto Guillem Reynés Corbella. Documentación que el pasado mes de marzo vio la luz en dos volúmenes editados por el Colegio de Arquitectos de Balears.

Según relata Pericàs en el libro: "Entre un montón de papeles, encontró [refiriéndose a Reynés Corbella] el esbozo, realizado por Gaudí, de la forma arquitectónica de un futuro misterio". Este boceto, sin firmar, podría ser testimonio del papel que el famoso arquitecto catalán tuvo en el proyecto de construcción de los monumentos del Rosari de Lluc; es decir, el de "inspirador".

La idea de remodelar el Pujol dels Misteris fue del obispo Campis y estaba vinculada al gran plan de obras que iba a ejecutarse en el santuario con motivo del XXV aniversario de la Coronación.

La ejecución técnica de los misterios se la encargó el prelado a Reynés Font, pero quiso consultar el proyecto con los arquitectos Antoni Gaudí y Joan Rubió.

En el archivo de Lluc y el diocesano consta que el 30 de abril de 1908 el arquitecto modernista estuvo en Lluc e hizo un donativo a la Mare de Déu de 25 pesetas. El 13 de octubre del mismo año, Reynés, Gaudí y Rubió subieron juntos al santuario junto a Campins El 30 de noviembre volvieron a reunirse. Finalmente, Gaudí y Reynés llegaron de nuevo al pueblo el 26 de febrero de 1913. Precisamente, el mes de octubre de ese mismo año se completó la instalación de los misterios monumentales. Pese a todo el registro de fechas, Pericàs señala que en ningún archivo eclesiástico se ha hallado suficiente documentación para identificar al verdadero autor de los misterios y del boceto que se atribuye a Gaudí.

El esbozo del primer monolito, presumiblemente trazado por el catalán, sería también el del quinto, pues se trata de dos monumentos gemelos de claro estilo modernista. Están hecho de bloques de piedra trabajados a golpes de martillo y escalpelo. Tienen el aspecto de un arco de herradura. En la cima, una corona y una cruz ciñen la bola.