El pez de Miquel Barceló se sumerge en la milenaria roba de llengües. Una de las grandes telas que ocupan la planta noble del Casal Solleric ha sido fabricada a partir de un dibujo del pintor mallorquín. Una obra "inacabada", una colaboración entre el artista contemporáneo y el artesano textil de toda la vida, en concreto el taller Bujosa. "Una muestra que puede ser determinante para que artistas y diseñadores contemporáneos trabajen la técnica e impulsen este sector industrial", argumentó Àngel Pujol, director gerente del Institut d´Innovació Empresarial de les Illes Balears (IDI), dependiente de la conselleria de Comercio.

Pero el gran pez diseñado por Barceló –motivado por su adagio: "A Mallorca ja sols la reconec sota la mar. I tot i així, hi ha molts menys peixos"–, con bocetos incluidos, constituye tan sólo una pequeña parte de la exposición Flàmules, que se inaugura hoy a las 20 horas.

Las primeras salas están dedicadas a explicar el proceso de elaboración y teñido de estas telas, "ya documentadas en Mallorca en el siglo XIII", detalla la comisaria de la muestra, Cristina Santandreu.

La técnica ancestral del ikat hay que ir a buscarla a tierras orientales. Su llegada a Mallorca, único lugar de Europa donde se conserva, se explica por las rutas comerciales antiguas, como la de la seda. Un muestrario de tejidos orientales y americanos, así como munisaks (un tipo de túnica) de mujer de Uzbekistán ilustran que se trata de una técnica que atraviesa el mundo entero.

Un vídeo informa sobre los cuatro talleres mallorquines que continúan fabricando roba de llengües: Teixits Vicens, en Pollença; Teixits Riera, en Lloseta; José cañameras, en Establiments y Artesania Tèxtil Bujosa, en Santa Maria.

A continuación, arranca el recorrido cronológico con piezas de ropa de hogar que ejemplifican la evolución de la técnica en Mallorca. Tafetanes, una mesa y una banqueta tapizadas de Can Fontiroig, una cama de Can Cosmet, una casulla de la capilla de Ternelles o varias telas decorativas de seda recién restauradas de Ángel Juadenes, que se expondrán en el Museu de Lluc. Materiales todos ellos hallados en casas nobiliarias del siglo XVIII. De Can Oleza, hay una armilla y un corpiño de influencia francesa.

A partir del siglo XX, la seda desaparece del sector textil mallorquín. Y se recurre al algodón. Así se generalizó su uso a las clases medias. En una pequeña sala, las muestras y el material de esta época resultan muy familiares al espectador. La sorpresa final la pone el trabajo de investigación de Barceló.

´flàmules. les teles de llengües´

Inauguración: hoy, a las 20 horas, en la planta noble del Casal Solleric.

Hasta el 10 de enero.