El arquitecto español Ricardo Bofill recibió ayer el premio Vittorio De Sica de arquitectura de manos del presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, en una ceremonia celebrada en el Palacio del Quirinal con motivo de la Jornada Nacional del Espectáculo.

Estos premios se conceden desde 1975 a personalidades destacadas de las artes, la ciencia y la sociedad, aunque se centran en el mundo del cine, ya que nacieron ligados a los Encuentros Internacionales de Cine de Sorrento.

Bofill aseguró que este premio es especial para él, no sólo por su intensa relación con Italia, sino por la persona de quien lo ha recibido.

"No voy a buscar todos los premios, sólo los que me gustan, y éste, dado por Napolitano, que en este momento es ejemplo de honestidad y de valor, me ha gustado", dijo Bofill tras la ceremonia y añadió que al jefe del Estado italiano le une una relación de "amistad", ya que se conocen "desde hace mucho tiempo".

Bofill, cuya madre era italiana, se declaró admirador del país transalpino, en el que ha construido edificios en Florencia, Bolonia o Salerno, así como de su manera de ser, "muy mediterránea", al igual que la de Cataluña, y agregó que los habitantes de ambos territorios son "primos".

El arquitecto dijo que actualmente realiza un proyecto en Salerno (sur de Italia) y otro en la cercana Nápoles, aunque no especificó de qué tipo de edificios se trata.

Otros premios de Sica fueron a parar al tenor Andrea Bocelli, en música; a Enzo Cucchi, en pintura, y a la bailarina rusa Maja Plisetskaya, en danza.

En la categoría del cine se galardonó a los actores italianos Claudio Bisio o Giovanna Mezzogiorno, y a los directores Neri Parenti y Marco Pontecorvo, hijo del mítico Gillo Pontecorvo, entre otros.