La capilla ardiente del escritor Francisco Ayala se instaló ayer a las 19 horas en el tanatorio madrileño del Parque de San Isidro.

Según informó el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, los restos de Ayala serán incinerados hoy "en un acto privado", dado que el escritor, uno de los grandes intelectuales del siglo XX, "no quería que se hiciera entierro ni funeral" tras su muerte. Para el responsable de la RAE, Ayala supuso un "gran referente de la concordia nacional" y un "verdadero enamorado" de la Academia.

Representantes de distintas instituciones dedicaron ayer palabras de despedida al escritor granadino. Los Reyes y los Príncipes de Asturias enviaron ayer telegramas de condolencias a la familia. Gesto idéntico tuvo ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien expresó que "la cultura se ha quedado huérfana" con la muerte del escritor, una persona muy querida que "nos ha regalado 103 maravillosos años de magisterio y sabiduría". "Allá donde estuvo supo sembrar la semilla y el deseo de libertad y justicia, a través de su fecunda obra literaria y de su compromiso democrático con la educación dentro y fuera de las aulas", añadió.

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, destacó a la "persona excepcional": "Ayala ha realizado un recorrido amplísimo por la Historia de España y nos ha aportado una visión de nuestro siglo que es importantísima".

Por último, la directora de la Biblioteca Nacional, Milagros Del Corral, señaló que Ayala "era nuestro patriarca, una luz literaria, ética y humana que nos iluminaba con su sabiduría y sencillez".