galerías, museos, plazas y parques acogen hasta el 31 de abril la muestra habanera, que cuenta con representantes del arte latinoamericano como el brasileño Paulo Bruscky, el mexicano Abraham Cruz-Villegas o el puertorriqueño Antonio Martorell, además de una nutrida representación cubana.

El arte local está encabezado por Alexis Leyva Machado (Kcho) y cuenta con figuras como Yoan Capote, Abel Barroso, Wilfredo Prieto, Tania Bruguera o Manuel Mendive.

Jóvenes artistas como los guatemaltecos Darío Escobar (1971) y Regina José Galindo (1974), y el chileno Patrick Hamilton (1974) aprovechan la cita para poner el contrapunto a autores como el veterano creador argentino León Ferrari.

Escobar instaló en un pabellón abovedado de la fortaleza de La Cabaña una escultura integrada por 50 neumáticos de bicicletas, cortados y unidos entre sí.

"Es el pretexto para que alrededor se genere una instalación de imágenes que van cambiando todos los días", explicó a Efe el artista guatemalteco, que ha regresado al espacio donde estuvo por primera vez hace diez años.

Para Escobar, la Bienal habanera es "un referente para el arte latinoamericano que atrae la atención del mundo y se convierte en un punto fundamental de la estructura del pensamiento del continente, de la manera que (Latinoamérica) entra en diálogo con el mundo y esa es la principal aportación".

La también guatemalteca Regina José Galindo, que impactó en la pasada Bienal de Venecia con una acción de fuerte contenido político, se presenta aquí con una escultura.

Eligió para su debut en La Habana "un busto clásico" y "conceptual" tomando como modelo su propio cuerpo, en el que se utilizaron materiales como la resina y el mármol.

"No es una acción, no es un documento, no es una pieza con un contenido político claro, es una pieza más formal, es como una experimentación para abordar el cuerpo humano desde otra perspectiva", describió Galindo.

Aclaró que se trata de "una pieza puntual que habla de una situación de artistas, de trabajo", que "no es política", aunque apuesta por "traer otro tipo de trabajo" en el futuro.

Hamilton conoció en 2003 la Bienal y ahora viene con una instalación que consiste en 24 cubos de cemento transformados en caja de luz, en los que proyecta imágenes del nuevo barrio financiero de Chile, conocido irónicamente como "Sanhattan".

"Es una mezcla entre el barrio de Manhattan y Santiago (de Chile) y tiene que ver con la relación entre los conceptos de poder económico representado por la arquitectura como espectáculo y un comentario que pretende ir a contrapelo de esta imagen de un Chile que crece económicamente", indicó.

En el lado contrario el consagrado argentino León Ferrari, de 88 años, presenta una recopilación de más de cien obras realizadas entre 1976 y 2007.

El veterano creador no viajó a La Habana, pero encargó a las curadoras Liliana Piñeiro y Andrea Giunta la instalación de la exposición "León Ferrari, agitador de formas", que estará albergada en la Galería Latinoamericana de la "Casa de las Américas".

Más de cien obras de distintas épocas a las que se suman varias piezas que donó en 1983 a la institución, que llevan, según las curadoras, "de la sonrisa a la consternación, de la alegría a la furia".

El público recibe el choque visual de una calavera rellena de cucarachas que alude a la guerra de Irak, un vídeo con dibujos descritos por el movimiento sinuoso de lombrices, una superficie plagada de ratitas y otras piezas donde los animales asumen un rol protagonista en su obra.

También hay espacio para otros artistas consagrados como el puertorriqueño Antonio Martorell, que será condecorado en Cuba por su obra, como ya lo fue el viernes el paraguayo Carlos Colombino.