Con una colección de fotografías de Manhattan como materia prima y los versos lorquianos de Poeta en Nueva York como guía y principal fuente de inspiración, el mallorquín Pedro Coll presenta en la Biblioteca Nacional de Cuba hasta el 23 de junio la exposición Manhattan Puzzle, en la que realiza una personalísima lectura en imágenes del poemario del autor granadino.

"Tenía una cuenta pendiente con Poeta en Nueva York", declara el fotógrafo, que a lo largo de su carrera ha participado en proyectos internacionales junto a profesionales como Elliott Herwitt, Eddie Adams, Sebastiao Salgado o Mary Ellen Mark. "Y entonces, estando en Londres el 11 de septiembre de 2001, se produjo el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. Revisé en ese momento unas fotografías de Manhattan que había realizado un año antes y descubrí en ellas, a la luz de los acontecimientos que acababan de suceder, paisajes premonitorios", explica. "Decidí sacar las escenas del frigorífico y rehacerlas a partir de nuevas ediciones elaboradas en el ordenador –relata–, nuevas ediciones que fui uniendo a textos de Poeta en Nueva York, una obra muy visual que descubre imágenes de fantasía y otras inéditas en la poesía lorquiana. Y en la que el tono del autor se mueve entre el disgusto, la belleza y el cabreo", considera.

Además del trabajo literario y visual, las imágenes de la exposición que se exhibe en La Habana también han supuesto un reto técnico para el fotógrafo, sobre todo por la composición digital. "La técnica me aburre, pero la necesito. Aprendo lo que necesito para expresarme, pero no soy un investigador. Para mí la técnica es el vehículo para plasmar ideas. La edición digital ha supuesto una revolución para la fotografía, es cierto, pero no por las manipulaciones que permite, sino porque amplía el horizonte creativo".

Entre el poder de la palabra y el de la imagen, Pedro Coll se queda siempre con el segundo. "Habría preferido ser escritor a fotógrafo, aunque eso lo digo sin ningún tipo de pretensión", declara el autor del ensayo sobre La Habana El Tiempo Detenido, que a los treinta años y después de estudiar Derecho abandonó la abogacía para dedicarse profesionalmente a la fotografía.

Manhattan Puzzle, exposición que también se exhibirá próximamente en la embajada de España en Argentina si fructifican las negociaciones que se están llevando a cabo y que a Pedro Coll le gustaría llevar también a Nueva York y Granada "para "cerrar el círculo lorquino", es "un capítulo aislado" en su trayectoria, pues como él mismo explica, nunca antes había trabajado la imagen a partir de una obra literaria. "No obstante –manifiesta–, en mi trabajo cada nuevo proyecto te lleva a otro".