El pintor Joan Beltrán Bofill falleció ayer en Palma a los 74 años. Residente en Pollença desde los últimos veinte años, era un personaje muy querido en la zona.

A Beltrán Bofill o "el pintor" como le llamaban algunos, le gustaba precisar que él no era catalán, sino que "era de Badalona". Formado en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, optó por el arte frente al basket, deporte para que el tenía unas aptitudes favorables. Como el propio Beltrán recuerda en un libro, reconoce el aprendizaje de David Mercader, "un pintor aficionado" que "sin oficio y mucho menos maestría, parecía un genio".

En su haber artístico se distingue, sobre todo, por sus trabajos como pintor -el dominio del color y la luz son protagonistas en su obra, muy cercana a la impronta de Sorolla y de los paisajistas de principios del XX-, así como ilustrador de carteles y de portadas de libros. Trabajó años, cuando era joven, para RBA en la colección El Molino, ilustrando, entre otros, obras de Agatha Christie.

Su obra fue más conocida, probablemente, fuera de España. En Mónaco y Japón era muy apreciada su pintura.

Durante años le dio la espalda a la pintura, desde 1960 a 1973. En ese año regresaría al arte.