"Soy arbañi", "Pa los guarros", "Amigo cerdo", "Dios apunta las horas extra" o "Me voy a comprar una Puch" son algunos de los once temas del trabajo que sigue su línea de "rock rústico" evolucionada.

En una entrevista con Efe el artista, que saca el disco en primavera, pese a ver "el ladrillazo en la cara", encuentra positivo en la crisis que "aprenderemos a tener los pies en el suelo, que no somos tan ricos, a valorar el corralito, el huertecito" y si es necesario "en casa cuatro o cinco móviles o dos o tres coches".

Cree que "si vives con menos, menos sufrimiento también" y que "nos hacemos desgraciados al necesitar entrar en el consumismo".

"Con mucho respeto", por la crisis, o "Soy arbañi" son títulos que baraja del nuevo trabajo, que sigue con temas sobre el campo, pero "con cosas nuevas en letras, temática y producción sin perder la esencia rústica del campo de la Axarquía" -donde vive- y destaca "el toque de humor y cachondeo grande y a la vez su punto poético".

"Amigo cerdo" es la historia de un matarife (el que los mata y descuartiza) "convenciendo al cerdo para matarlo y comérselo; al final no lo mata, se hacen amigos y van a comerse un arroz".

"Dios apunta las horas extra y liquida cuando él quiere; siempre todo lo hace bien, normal como Dios que es...", canta El Koala, que afirma que "mucha gente del rock no es creyente, pero nosotros sí; no me da vergüenza nombrar a Dios en las canciones".

"Soy cristiano y no renuncio a mis raíces, al agua que se me echó", resalta y añade que "desde el 'Opá' soy más creyente", en referencia a ese tema que fue Disco de Oro y que cree "un milagro".

Trae canciones "algunas más flamenquitas, otras más rockeras con guitarra eléctrica y otras más en plan rumba reggaeton".

Trabajó en el campo o la construcción y repartió pan; en Río Granadillas, aldea natal de Rincón de la Victoria (Málaga), tocó con 16 años, ensayó en una cuadra, enganchó a su hermano Carlos para la música y estuvo en doce o quince grupos.

Su videoclip, grabado en un corral, tuvo en Internet un millón de visitas y dice deber parte del éxito "al campo y al 'You Tube'".

Él, que debe explicar a veces las palabras de sus letras como "opá" que es papá, se queda "con las patas colgando, flipando en colores, alucinando" cuando oye a una diputada del PP descalificar el acento andaluz de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.

Alucina en colores con "Obama, 'opama'", del que piensa que "no veas lo que le ha caído encima" y al que tendrá que cantar "porque se ve buena gente, noble", aunque después duda: "Y si le canto algo, decepciono al pueblo y se me echa todo el mundo encima?".