Tras recoger el testimonio de las víctimas de los atentados de ETA en "Trece entre mil" (2005), Iñaki Arteta ha rodado este nuevo documental porque cree que estas películas "son absolutamente necesarias" para adentrarse en "una realidad conocida o intuida, pero que no se conoce en profundidad" ni ha sido reflejada en el cine, como es "el miedo en la calle" de la sociedad vasca, según ha comentado el cineasta en la presentación.

En "El infierno vasco" reúne veintisiete testimonios de personas -profesores, políticos, periodistas, jueces, ertzainas, artistas o empresarios, entre otros- que se han visto obligados a dejar su tierra y a buscar un lugar donde vivir sin escoltas, ni miedo a las pintadas o a los insultos y en el que puedan ejercer la libertad de expresión.

"En el tintero me han quedado muchas historias impresionantes que no se pueden contar en público" porque sus protagonistas sienten miedo, ha contado Iñaki Arteta tras apuntar que con el documental ya montado tuvo que retirar tres testimonios porque así se lo pidieron sus protagonistas.

"Todos han estado en el límite de arrepentirse", ha añadido, para destacar el "coraje sobresaliente" de los que han dado su testimonio en esta película, que será estrenada en ocho cines españoles, que ha realizado "buscando financiación debajo de las piedras" y "sin nadie que me impulsara" a llevar a cabo este proyecto.

Niko Gutiérrez, que fue concejal del PSOE durante cuatro legislaturas en un municipio del País Vasco y que este año se ha "autoexiliado" de su tierra, es uno de los protagonistas de este documental. "A mí ETA no me ha echado, me ha echado el nacionalismo vasco que justifica a ETA", explicaba hoy en la presentación de este documental, mientras contaba que en su pueblo él no podía ni siquiera llevar a su hija al colegio.

María Jesús Lejarreta, hija mayor de un ex alcalde de Vitoria asesinado y que se marchó del País Vasco en 1980, y Cristina Cuesta, cuyo padre fue asesinado en 1984, son otras de las personas que han prestado su testimonio a este documental y que hoy han participado en la presentación.

"La película es un bálsamo para nosotros porque da luz donde ha habido tanto olvido y tanto desamparo", explicaba Cristina Cuesta, miembro del colectivo de víctimas del terrorismo COVITE, al tiempo que apuntaba que la existencia de "exiliados" es "una anomalía normalizada" fruto de un "déficit democrático", una "realidad cotidiana de miles de vascos que siguen saliendo hoy en día".

Iñaki Arteta, cuya filmografía ha girado siempre en torno a las consecuencias de la violencia de ETA, ha contado también que intentó que "cantantes españoles de primera fila" dieran voz a las canciones compuestas para la banda sonora de "El infierno vasco" por Eduardo Basterra.

"Estuve detrás de una treintena, les ofrecí participar, pero las negativas no fueron acompañadas de un gesto de solidaridad", algo que no desanima al cineasta, que ya tiene en marcha un nuevo proyecto sobre la realidad vasca. "Faltan muchas películas por hacer allí, es una cantera de historias".