"De facto. Joan Fontcuberta 1982-2008" es el recopilatorio más exhaustivo del trabajo de las tres últimas décadas de este creador heterodoxo y de espíritu lúdico, considerado por el comisario Iván de la Nuez como "el menos literal y el más literario de los fotógrafos", por sus continuas ganas de narrar y crear ficciones.

A lo largo de diferentes salas, el público podrá conocer unas 200 fotografías de 18 proyectos significativos del también profesor universitario, así como otros objetos que ha ido creando a lo largo de los años y que complementan su particular visión del ámbito fotográfico, desde extraños animales disecados, a cohetes espaciales o curiosas filmaciones protagonizadas por un monje muy parecido a él capaz de conseguir el milagro más inverosímil.

De la Nuez, también director de La Virreina Centro de la Imagen, ha explicado en rueda de prensa que ha querido montar una "exposición casi minimalista" con las diferentes iniciativas de Fontcuberta, mostrando la importancia de la ficción y resaltando los temas que más trata como el cosmos, los fluidos humanos, los fósiles o los paisajes terrestres.

Antes de pasear por entre las diferentes series fotográficas expuestas, el propio Fontcuberta, feliz por la victoria de Barack Obama, ha mostrado, asimismo, su satisfacción por poder exhibir sus propuestas en su ciudad y porque entiende que la muestra "permite explicar mi trabajo de manera transversal".

En tono didáctico, el artista ha argumentado que en la actualidad las imágenes tienen una importancia capital en la vida de todas las personas, por lo que "tenemos que saber reaccionar ante ellas".

Por otra parte, ha afirmado que hoy por hoy "resulta difícil hablar de lo que es el corazón de la imagen fotográfica" y ha agregado que a él le interesa "más que las entrañas de la fotografía, su perímetro y las intersecciones con otras disciplinas".

La primera de las salas está dedicada a su proyecto "Sputnik", en el que narra la vida de un desaparecido e imaginario cosmonauta soviético, cuyo caso, invención absoluta de Fontcuberta, provocó incluso un programa de televisión un domingo por la noche en la cadena española Cuatro.

También se puede conocer parte de su serie "Constelaciones" y las curiosas "Lactogramas" y "Hemogramas", en las que amigas y conocidos le prestaron leche materna y sangre para que pudiera componer sus obras.

Otra sala que suscita de forma inmediata la curiosidad del público es la que sirve para dar a conocer los restos del "Hydropithecus", un homínido acuático del Mioceno, con una morfología cercana a la de las sirenas, y que surge de la imaginación de Fontcuberta, que, divertido, comentaba hoy que algunos periódicos en Francia llegaron a dar cuenta de ellos.

En un largo pasillo, el artista es capaz de crear a partir de las llaves de una treintena de personalidades públicas como José María Aznar, Jordi Pujol o Joan Clos unas cordilleras montañosas sin montañas, mientras que en otro pasillo es Barcelona la protagonista.

Joan Fontcuberta, que cumple en todo momento su máxima de que el arte no puede ser aburrido, también dedica un espacio a los milagros, siempre desde el humor, y otro a desdramatizar la figura de Bin Laden, "madre de todas las ficciones".

Nacido en Barcelona en 1955, Fontcuberta, Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y galardonado con otras distinciones de otros países del mundo, empezó a interesarse por la fotografía cuando apenas era un bachiller, mientras que hoy está considerado como uno de los estudiosos más importantes de la historia de la fotografía española del siglo XX.