En un molino-restaurante a orillas del Necker, en Alemania, el retrato de una mujer de tez y expresión enigmáticas llama la atención de un grupo de viajeros. El dueño del molino les enseña un documento que cuenta la historia de esta mujer, que la narradora se apresta a traducir.

La bella hija de un molinero de Heidelberg pasa una temporada en Carlsruhe, invitada por una antigua amiga del colegio. Allí, por mediación de la pretenciosa -aunque pobre- madre de su amiga, es pretendida por un noble francés, monsieur de la Tourelle, y, con la aprobación de todos, se casa con él.

Elizabeth Gaskell muestra en este relato su gran talento para la creación de ambientes y personajes y su modo siempre inteligente de reflejar la posición de la mujer y los conflictos entre clases sociales incluso en un género fantástico como el gótico.

Elizabeth Cleghorn Stevenson (Gaskell de casada) nació en Londres en 1810, hija de un pastor de la Iglesia Unitaria inglesa, además de funcionario y periodista. Al fallecer su madre, fue educada por una tía en el pueblecito de Knutsford. En 1832 contrajo matrimonio con William Gaskell, ministro unitario, y la pareja se estableció en Manchester, en aquellos momentos una ciudad superpoblada y socialmente conflictiva.