La propia Policía de Durham fue la encargada de arrestar al individuo, un empresario internacional de 51 años, después de recibir de la Embajada Británica en Estados Unidos el aviso del descubrimiento dos semanas antes, cuando el hombre pidió a la biblioteca de la capital norteamericana que tasase el volumen, compuesto por 1.623 páginas, que había desaparecido de la universidad junto a otros trabajos literarios en diciembre de 1998.

La operación se produjo en colaboración con el FBI y actualmente el detenido afronta un interrogatorio en la comisaría de Durham, donde según un portavoz ha asegurado haber adquirido el volumen en Cuba, tras lo que lo presentó a la Folger Shakespeare Library para comprobar su autenticidad y donde acordó dejarlo para un proceso de verificación que llevó a comprobar que había sido robado.

Publicado en 1623, se trata de una de las primeras ediciones de las obras de teatro de Shakespeare editadas, de entre las 200 y 300 que se estima que han pervivido, por lo que la Universidad de Durham ya ha expresado en su página web el "júbilo" que el acontecimiento ha generado entre los académicos, tras ver cómo durante una década se perdía la pista a los objetos extraídos de una exhibición de muestras de literatura inglesa desde la Edad Media hasta el siglo XX.

OPERACIÓN INTERNACIONAL.

En total, siete libros fueron robados de la biblioteca de la universidad en Palace Green, entre el castillo y la catedral, en un asalto que se atribuye a profesionales con importantes conexiones internaciones en el mercado del arte que lograron hacerse con efectos entre los que figuraba el volumen de Shakespeare, considerado por entonces como el "más importante libro editado en lengua inglesa".

El volumen había sido adquirido por el antiguo obispo de Durham John Cosin y formaba parte de la biblioteca que él mismo promovió en la localidad en 1669. Por ello, según los responsables de la universidad que lo albergó hasta su robo, las medidas de seguridad se han reforzado "significativamente" desde 1998 para adoptar "los más altos estándares" y se mostraron convencidos de que la edición estará "segura" una vez regrese de Washington.