No parecen inmutarse dos de los hijos de Robert Graves, Lucía y William, ante las acusaciones de "robo" o "plagio" vertidas contra su padre por Mark Jacobs, investigador de la Universidad de Nottingham Trent. Según este estudioso, Laura Riding -amante del escritor británico hasta 1939- acusó al escritor británico de "robar" ideas clave que ella había dejado en un manuscrito y que utilizó Graves en su reputado ensayo La diosa blanca.

"Cuando regresamos con mi padre y mi madre -Graves volvió a Mallorca en el 46, casado con Beryl-, él ya llevaba dos años trabajando en La diosa blanca", apunta William Graves, hijo y albacea de la familia.

El diario The Independent se hizo eco el pasado día 4 de julio de la acusación de Jacobs, siempre según las palabras vertidas por Laura Riding en las cartas que él tiene. Ambos mantuvieron correspondencia desde que él era estudiante hasta un año antes del óbito de la amante de Graves en 1991.

"Este señor lleva su antorcha, y todos los que conocen bien la obra de Robert Graves no tienen ninguna duda de su autoría de La diosa blanca", comenta Lucía Graves.

Ella incluso apunta al artículo del tabloide británico en un párrafo que subraya la "cantidad de pruebas" que atestiguan que el autor de Yo, Claudio había iniciado su teoría de La diosa blanca antes de conocer a Laura Riding Jackson. Es el profesor Dunstan Ward, presidente de la Robert Graves Society, quien señala el dato.

William Graves recuerda, además, que la primera edición del importante ensayo sobre la cultura matriarcal y el origen de la poesía, fue obra de T.S. Elliot. "La teoría del robo o plagio de mi padre no se aguanta", reitera.

Sí concede que "si vives trece años con una persona, como vivió mi padre con Riding, se produzcan simbiosis diversas, pero de ahí a que la idea de que La diosa blanca fue de ella, dista mucho trecho".

La familia Graves mantiene una actitud flemática. Resta hierro al asunto y asegura que no va a emprender ninguna acción ni a ejercer el derecho de rectificación. "Si tienen algo que decir, que lo demuestren con pruebas", sentencia el albacea.

El estudioso inglés Mark Jacobs ha dedicado veinte años a rastrear en las misivas de Laura Riding. Son setecientas cartas. A su juicio, cuando ella descubrió ciertas coincidencias entre el ensayo de Graves y escritos propios, acusó a su ex amante de robo. La escritora relata en sus cartas como el autor de El conde Belisario "chupó, sangró, exprimió, saqueó y troceó" su obra en venganza por su ruptura en 1939. Robert Graves y Laura Riding llegaron a Mallorca en 1929. La Guerra Civil interrumpió su estancia paradisíaca en Deià. Tres años después, la pareja se separaría.

Al parecer, siempre según el investigador Mark Jacobs, Laura Riding se dejó un manuscrito en la isla, La Palabra Mujer, que fue "robado" por Graves para su magna obra La diosa blanca.

El presidente de la Robert Graves Society, el profesor Dunstan Ward lo desmiente tajante: "En el poema A History, que Graves escribió mucho ante de conocer a Riding, ya había referencias claras a su posterior ensayo sobre La diosa blanca" .