Antoni Muntadas, que desde 1971 reside en Nueva York, ha aclarado hoy, en un encuentro con periodistas, que él no es un director al uso en este taller, sino un "sparring" que trabaja con sus alumnos utilizando el diálogo como herramienta para alentar su espíritu crítico.

Con ellos ha emprendido un viaje conjunto en el que, después, cada uno de los jóvenes creadores ha elegido su propio itinerario, con total libertad, aunque todos los proyectos tienen en común una mirada social, ha apuntado.

El artista catalán, cuya obra es una reflexión sobre la sociedad, la política y el papel de los medios de comunicación a través de los más diversos soportes, regresará en otoño a Santander, donde expondrá su obra en una muestra organizada también por la Fundación Marcelino Botín.

Esta institución tiene previsto complementar con una publicación, titulada provisionalmente "Quince visiones sobre Santander", la actividad de este taller, que finalizará el viernes con una jornada de puertas abiertas.

La diversidad marca las propuestas de los quince participantes, entre los que hay ocho españoles, dos estadounidenses, un brasileño, un portugués, una francesa y un mexicano. Algunos de los proyectos que han iniciado en Santander son de largo recorrido y sus autores se proponen seguir trabajando en ellos más allá de los limites del taller.

Así, la relación entre la ropa tendida y las banderas que han adornado ventanas y balcones para animar a la selección española en la Eurocopa ha inspirado al brasileño Víctor César Junior en la creación de su obra.

También la ropa tendida, entendida como la vida cotidiana que se adentra en el espacio público, está presente en el trabajo de la gallega María Prieto, que creará una "red de optimismo" en internet, un blog donde los internautas puedan hablar de aquellos lugares que les hacen sentirse mejores ciudadanos.

El único santanderino seleccionado para el taller, Alfonso Borragán, se ha parado a pensar cómo surgió la ciudad, las razones de que su población decidiera asentarse en ese espacio concreto. Eso le ha llevado a la bahía y a la creación de una cámara oscura con materiales reciclados en un punto donde confluyen el agua dulce y el agua salada.

Con el Cabañal en la cabeza, la valenciana Raquel Villas se ha centrado en el barrio pesquero, ha hablado con los vecinos y se ha preguntado las causas de que sea una zona, a su juicio, abandonada a pesar de su carácter emblemático.

Otro de los participantes, el estadounidense Samuel Joseph Rudy habla en su proyecto sobre las ausencias, sobre los edificios que ya no están y los vincula con el mar en un trabajo con una fuerte dimensión poética, según Muntadas.