Fue un encuentro azaroso. Aunque inevitable, en realidad. Las comprometidas andanzas del franciscano Bartomeu Catany estaban dispersamente escritas desde hacía ya seis siglos. Y Guillem Morro Veny, prolijo e ilustrado historiador porrerenc, se topó forzosamente con ellas cuando manufacturaba su tesis doctoral: una empresa que inspiró en el Alçament Forà vivido en la convulsa Mallorca de mediados del XV. Protagonista entonces de un epígrafe de aquel medieval estudio, el cronista le dedica ahora obra íntegra al loado (también algo "olvidado") teólogo felanitxer. La biografía resultante, Bartomeu Catany. Un teòleg al servei del compromís i la concòrdia, patrocinada por el Ayuntamiento, fue presentada ayer con la palmesana Fira del Llibre como adecuadísimo telón de fondo. El acto, un breve resumen de lo escrito, se convirtió en un improvisado homenaje al rescatado.

Probablemente el currículum de Catany ha sido injustamente reducido por la memoria histórica. Muchos le recuerdan por ser el fundador del Hospital General (petición expresa del rey, Alfonso el Magnánimo) como recordó Morro. Pocos, matizó, por todo lo demás. Que no es baladí. "Fue un gran predicador. Un negociador de la paz muy implicado en los problemas sociales. Su intervención fue requerida en muchos litigios". Como en la Revolución Menestral y Campesina que vivió la isla en 1391. O durante los tres años que duró el Alçament Forà. Y en la Germania acaecida entre 1521 y 1523. El Papa Pio II, o el príncipe Carlos Viana -sempiternamente enfadado con su padre, Juan II, rey de Aragón- solicitaron también su consejo. Su proyección traspasó la frontera insular. Y su particular forma de entender y practicar la teología apagó muchos ´fuegos´. "Fue un personaje muy valorado", confirmó el historiador.

Franciscano convencido, Catany predicó de manera estricta con la regla de su patrón: "pobreza, austeridad y entrega a la comunidad". Y por ello, sin pelos en la lengua, se atrevió a "denunciar tácita e implícitamente" la "perversión" de los ideales de San Francisco que practicaban algunos frailes enclaustrados ávidos de "vida cómoda". Los conventos de Santa Maria dels Àngels de Jesús (1441), el de Sóller (1458) y el de Maó (1459) los fundó el teólogo para corregir esta depravación. En la medida de lo posible.

La obra de Morro reconquista de esta manera la silueta de un importante mallorquín. "Llena un hueco vacío", como convalidó ayer durante la presentación Nanda Ramon, regidora de cultura del consistorio. Los desatendidos ya son menos.

Actos de hoy

· ´Contarelles´: Animación lectora para niños. A las 10.00 horas.

· Firmas: Julián Sánchez -finalista del XIII Premio Mario Vargas Llosa NH de Relato- firmará en el espacio de la

librería Casatomada. A las 10.00 horas.

· Presentación: La Conselleria de Educació presentará diversos materiales. El acto correrá a cargo de Josep Serra Colomar, director general de Innovació i Formació del Professorat. A las 18.00 horas en el Salón de Actos.

· Presentación: Presentación de

La Rochefoucauld: les màximes, con traducción y selección de Gabriel de la S.T. Sampol. A las 18.45 en el Salón de Actos.

· Firmas: Joan José Delgado y Juan Planas firmaran ejemplares de sus respectivos libros: Troade y El bálsamo de la indiferencia. A las 19.00 horas.

· Presentación: Sebastià Serra (IEB), Xavier del Hoyo y Arnau Company Presentarán el libro Palma 1936-1983: l´evolució de la ciutat a través de la imatge. A las 19.30, Salón de Actos.

· Presentación: Javier Jover y Horacio Alba presentarán el libro El bálsamo de la indiferencia, de Juan Planas. A las 20.15 horas en el Salón de Actos.